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viernes, 4 de octubre de 2019

Día Mundial de los Animales

En el año 1929, el 4 de octubre fue declarado Día Mundial de los Animales, por iniciativa de la Organización Mundial de Protección Animal en congreso celebrado en Viena. En 1980 el papa Juan Pablo II, declaró a san Francisco de Asís patrono de los animales y de los ecologistas, momentos a partir del cual esta celebración tomó más auge a nivel mundial.

Elephant and Mt. Kilimanjaro, Amboseli National Park, Kenya
Elefante, con el Mt. Kilimanjaro de fondo, en el Amboseli National Park, Kenya. Foto de Stefano Negri, visto en Flickr
Lamentablemente día tras día cientos de animales se encuentran en peligro de extinción por diferentes causas, cada vez más atribuidas al cambio climático, la degradación de los ambientes y la caza furtiva, entre otras causas.

El elefante africano (Loxodonta africana) se encuentra catalogado como vulnerable, por lo que está amenazado al igual que el elefante asiático (Elephas maximus), que está en peligro de extinción.

Se les encuentra en 37 países, pero a pesar de ello, su rango está cada vez más fragmentado. Se extinguió en Burundi en los años 70, en Gambia en 1913, en Mauritania en los 80. En Suazilandia se extinguió en 1920, donde fue reintroducido entre los 80 y los 90.

Se cree que había entre 3 y 5 millones entre los años 1930 y 1940. Sin embrago debido a la caza decayó drásticamente y en los 80 se estima que se asesinaban unos 100.000 elefantes al año y en algunas zonas murieron hasta el 80 %.

La caza furtiva es una de las principales causas de mortalidad del elefante africano, tanto que se pone en riesgo la tasa reproductiva de la especie. Los estudios realizados señalan que de no cambiar esta tendencia, en 2050 el elefante africano se habrá extinguido.

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viernes, 25 de septiembre de 2015

Discurso del papa Francisco en la Organización de las Naciones Unidas ONU

TEXTO Y VIDEO: Discurso del Papa Francisco a la 70 Asamblea General de las Naciones Unidas.
Publicado por ACI Prensa.

NUEVA YORK, 25 Sep. 15 / 07:12 am (ACI).- El Papa Francisco llegó este viernes 25 de septiembre a la sede de la Organización de las Naciones Unidas y pronunció un histórico discurso en español ante decenas de líderes del mundo que participan de la 70° Asamblea General de esta organización. A continuación el texto completo del Santo Padre:

Visto en YouTube, vía ACI TV

Señor Presidente,

Señoras y Señores,

Buenos días,

Una vez más, siguiendo una tradición de la que me siento honrado, el Secretario General de las Naciones Unidas ha invitado al Papa a dirigirse a esta honorable Asamblea de las Naciones. En nombre propio y en el de toda la comunidad católica, Señor Ban Ki-moon, quiero expresarle el más sincero y cordial agradecimiento. Agradezco también sus amables palabras.

Saludo asimismo a los Jefes de Estado y de Gobierno aquí presentes, a los Embajadores, diplomáticos y funcionarios políticos y técnicos que los acompañan, al personal de las Naciones Unidas empeñado en esta 70 Sesión de la Asamblea General, al personal de todos los programas y agencias de la familia de la ONU, y a todos los que de un modo u otro participan de esta reunión. Por medio de ustedes saludo también a los ciudadanos de todas las naciones representadas en este encuentro. Gracias por los esfuerzos de todos y de cada uno en bien de la humanidad.

Esta es la quinta vez que un Papa visita las Naciones Unidas. Lo hicieron mis predecesores Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995 y, mi más reciente predecesor, hoy el Papa Emérito Benedicto XVI, en 2008. Todos ellos no ahorraron expresiones de reconocimiento para la Organización, considerándola la respuesta jurídica y política adecuada al momento histórico, caracterizado por la superación tecnológica de las distancias y fronteras y, aparentemente, de cualquier límite natural a la afirmación del poder. Una respuesta imprescindible ya que el poder tecnológico, en manos de ideologías nacionalistas o falsamente universalistas, es capaz de producir tremendas atrocidades. No puedo por menos que asociarme al aprecio de mis predecesores, reafirmando la importancia que la Iglesia Católica concede a esta institución y las esperanzas que pone en sus actividades.

La historia de la comunidad organizada de los Estados, representada por las Naciones Unidas, que festeja en estos días su 70 aniversario, es una historia de importantes éxitos comunes, en un período de inusitada aceleración de los acontecimientos. Sin pretensión de exhaustividad, se puede mencionar la codificación y el desarrollo del derecho internacional, la construcción de la normativa internacional de derechos humanos, el perfeccionamiento del derecho humanitario, la solución de muchos conflictos y operaciones de paz y reconciliación, y tantos otros logros en todos los campos de la proyección internacional del quehacer humano.

Todas estas realizaciones son luces que contrastan la oscuridad del desorden causado por las ambiciones descontroladas y los egoísmos colectivos. Es cierto que aún son muchos los graves problemas no resueltos, pero también es evidente que, si hubiera faltado toda esa actividad internacional, la humanidad podría no haber sobrevivido al uso descontrolado de sus propias potencialidades. Cada uno de estos progresos políticos, jurídicos y técnicos son un camino de concreción del ideal de la fraternidad humana y un medio para su mayor realización.

Rindo pues, homenaje a todos los hombres y mujeres que han servido leal y sacrificadamente a toda la humanidad en estos 70 años. En particular, quiero recordar hoy a los que han dado su vida por la paz y la reconciliación de los pueblos, desde Dag Hammarskjöld hasta los muchísimos funcionarios de todos los niveles, fallecidos en las misiones humanitarias, de paz y reconciliación.

La experiencia de estos 70 años, más allá de todo lo conseguido, muestra que la reforma y la adaptación a los tiempos siempre es necesaria, progresando hacia el objetivo último de conceder a todos los países, sin excepción, una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones. Esta necesidad de una mayor equidad, vale especialmente para los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas. Esto ayudará a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo. Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sostenible de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia.

La labor de las Naciones Unidas, a partir de los postulados del Preámbulo y de los primeros artículos de su Carta Constitucional, puede ser vista como el desarrollo y la promoción de la soberanía del derecho, sabiendo que la justicia es requisito indispensable para obtener el ideal de la fraternidad universal. En este contexto, cabe recordar que la limitación del poder es una idea implícita en el concepto de derecho. Dar a cada uno lo suyo, siguiendo la definición clásica de justicia, significa que ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y de los derechos de las otras personas singulares o de sus agrupaciones sociales. La distribución fáctica del poder (político, económico, de defensa, tecnológico, etc.) entre una pluralidad de sujetos y la creación de un sistema jurídico de regulación de las pretensiones e intereses, concreta la limitación del poder. El panorama mundial hoy nos presenta, sin embargo, muchos falsos derechos, y –a la vez– grandes sectores indefensos, víctimas más bien de un mal ejercicio del poder: el ambiente natural y el vasto mundo de mujeres y hombres excluidos. Dos sectores íntimamente unidos entre sí, que las relaciones políticas y económicas preponderantes han convertido en partes frágiles de la realidad. Por eso hay que afirmar con fuerza sus derechos, consolidando la protección del ambiente y acabando con la exclusión.

Ante todo, hay que afirmar que existe un verdadero «derecho del ambiente» por un doble motivo. Primero, porque los seres humanos somos parte del ambiente. Vivimos en comunión con él, porque el mismo ambiente comporta límites éticos que la acción humana debe reconocer y respetar. El hombre, aun cuando está dotado de «capacidades inéditas» que «muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico» (Laudato si’, 81), es al mismo tiempo una porción de ese ambiente. Tiene un cuerpo formado por elementos físicos, químicos y biológicos, y solo puede sobrevivir y desarrollarse si el ambiente ecológico le es favorable. Cualquier daño al ambiente, por tanto, es un daño a la humanidad. Segundo, porque cada una de las creaturas, especialmente las vivientes, tiene un valor en sí misma, de existencia, de vida, de belleza y de interdependencia con las demás creaturas. Los cristianos, junto a otras religiones monoteístas, creemos que el universo proviene de una decisión de amor del Creador, que permite al hombre servirse respetuosamente de la creación para el bien de sus semejantes y para gloria del Creador, pero que no puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla. Para todas las creencias religiosas, el ambiente es un bien fundamental (cf. ibíd., 81).

El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión. En efecto, un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos materiales disponibles como a excluir a los débiles y con menos habilidades, ya sea por tener capacidades diferentes, discapacidades o porque están privados de los conocimientos e instrumentos técnicos adecuados o poseen insuficiente capacidad de decisión política. La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente. Los más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple grave motivo: son descartados por la sociedad, son al mismo tiempo obligados a vivir del descarte y deben injustamente sufrir  las consecuencias del abuso del ambiente. Estos fenómenos conforman la hoy tan difundida e inconscientemente consolidada «cultura del descarte».

Lo dramático de toda esta situación de exclusión e inequidad, con sus claras consecuencias, me lleva junto a todo el pueblo cristiano y a tantos otros a tomar conciencia también de mi grave responsabilidad al respecto, por lo cual alzo mi voz, junto a la de todos aquellos que anhelan soluciones urgentes y efectivas. La adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre mundial que iniciará hoy mismo, es una importante señal de esperanza. Confío también que la Conferencia de París sobre el cambio climático logre acuerdos fundamentales y eficaces.

No bastan, sin embargo, los compromisos asumidos solemnemente, aunque constituyen, ciertamente, un paso necesario para las soluciones. La definición clásica de justicia a que aludí anteriormente contiene como elemento esencial una voluntad constante y perpetua: Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi. El mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado. Es tal la magnitud de esta situación y el grado de vidas inocentes que va cobrando, que hemos de evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias. Debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha contra todos estos flagelos.

La multiplicidad y complejidad de los problemas exige contar con instrumentos técnicos de medida. Esto, empero, comporta un doble peligro: limitarse al ejercicio burocrático de redactar largas enumeraciones de buenos propósitos –metas, objetivos e indicadores estadísticos–, o creer que una única solución teórica y apriorística dará respuesta a todos los desafíos. No hay que perder de vista, en ningún momento, que la acción política y económica, solo es eficaz cuando se la entiende como una actividad prudencial, guiada por un concepto perenne de justicia y que no pierde de vista en ningún momento que, antes y más allá de los planes y programas, hay mujeres y hombres concretos, iguales a los gobernantes, que viven, luchan, sufren, y que muchas veces se ven obligados a vivir miserablemente, privados de cualquier derecho.

Para que estos hombres y mujeres concretos puedan escapar de la pobreza extrema, hay que permitirles ser dignos actores de su propio destino. El desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden ser impuestos. Deben ser edificados y desplegados por cada uno, por cada familia, en comunión con los demás hombres y en una justa relación con todos los círculos en los que se desarrolla la socialidad humana –amigos, comunidades, aldeas y municipios, escuelas, empresas y sindicatos, provincias, naciones–. Esto supone y exige el derecho a la educación –también para las niñas, excluidas en algunas partes–, derecho a la educación que se asegura en primer lugar respetando y reforzando el derecho primario de las familias a educar, y el derecho de las Iglesias y de las agrupaciones sociales a sostener y colaborar con las familias en la formación de sus hijas e hijos. La educación, así concebida, es la base para la realización de la Agenda 2030 y para recuperar el ambiente.

Al mismo tiempo, los gobernantes han de hacer todo lo posible a fin de que todos puedan tener la mínima base material y espiritual para ejercer su dignidad y para formar y mantener una familia, que es la célula primaria de cualquier desarrollo social. Este mínimo absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad de espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y todos  los otros derechos cívicos.

Por todo esto, la medida y el indicador más simple y adecuado del cumplimiento de la nueva Agenda para el desarrollo será el acceso efectivo, práctico e inmediato, para todos, a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda propia, trabajo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable; libertad religiosa, y más en general libertad de espíritu y educación. Al mismo tiempo, estos pilares del desarrollo humano integral tienen un fundamento común, que es el derecho a la vida y, más en general, el que podríamos llamar el derecho a la existencia de la misma naturaleza humana.

La crisis ecológica, junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad, puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana. Las nefastas consecuencias de un irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado solo por la ambición de lucro y del poder, deben ser un llamado a una severa reflexión sobre el hombre: «El hombre no es solamente una libertad que él se crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero también naturaleza» (Benedicto XVI, Discurso al Parlamento Federal de Alemania, 22 septiembre 2011; citado en Laudato si’, 6). La creación se ve perjudicada «donde nosotros mismos somos las últimas instancias [...] El derroche de la creación comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima de nosotros, sino que solo nos vemos a nosotros mismos» (Id., Discurso al Clero de la Diócesis de Bolzano-Bressanone, 6 agosto 2008; citado ibíd.). Por eso, la defensa del ambiente y la lucha contra la exclusión exigen el reconocimiento de una ley moral inscrita en la propia naturaleza humana, que comprende la distinción natural entre hombre y mujer (cf. Laudato si’, 155), y el absoluto respeto de la vida en todas sus etapas y dimensiones (cf. ibíd., 123; 136).

Sin el reconocimiento de unos límites éticos naturales insalvables y sin la actuación inmediata de aquellos pilares del desarrollo humano integral, el ideal de «salvar las futuras generaciones del flagelo de la guerra» (Carta de las Naciones Unidas, Preámbulo) y de «promover el progreso social y un más elevado nivel de vida en una más amplia libertad» (ibíd.) corre el riesgo de convertirse en un espejismo inalcanzable o, peor aún, en palabras vacías que sirven de excusa para cualquier abuso y corrupción, o para promover una colonización ideológica a través de la imposición de modelos y estilos de vida anómalos, extraños a la identidad de los pueblos y, en último término, irresponsables. La guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al ambiente. Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y entre los pueblos.

Para tal fin hay que asegurar el imperio incontestado del derecho y el infatigable recurso a la negociación, a los buenos oficios y al arbitraje, como propone la Carta de las Naciones Unidas, verdadera norma jurídica fundamental. La experiencia de los 70 años de existencia de las Naciones Unidas, en general, y en particular la experiencia de los primeros 15 años del tercer milenio, muestran tanto la eficacia de la plena aplicación de las normas internacionales como la ineficacia de su incumplimiento. Si se respeta y aplica la Carta de las Naciones Unidas con transparencia y sinceridad, sin segundas intenciones, como un punto de referencia obligatorio de justicia y no como un instrumento para disfrazar intenciones espurias, se alcanzan resultados de paz. Cuando, en cambio, se confunde la norma con un simple instrumento, para utilizar cuando resulta favorable y para eludir cuando no lo es, se abre una verdadera caja de Pandora de fuerzas incontrolables, que dañan gravemente las poblaciones inermes, el ambiente cultural e incluso el ambiente biológico.

El Preámbulo y el primer artículo de la Carta de las Naciones Unidas indican los cimientos de la construcción jurídica internacional: la paz, la solución pacífica de las controversias y el desarrollo de relaciones de amistad entre las naciones. Contrasta fuertemente con estas afirmaciones, y las niega en la práctica, la tendencia siempre presente a la proliferación de las armas, especialmente las de destrucción masiva como pueden ser las nucleares. Una ética y un derecho basados en la amenaza de destrucción mutua –y posiblemente de toda la humanidad– son contradictorios y constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas, que pasarían a ser «Naciones unidas por el miedo y la desconfianza». Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de no proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos.

El reciente acuerdo sobre la cuestión nuclear en una región sensible de Asia y Oriente Medio es una prueba de las posibilidades de la buena voluntad política y del derecho, ejercidos con sinceridad, paciencia y constancia. Hago votos para que este acuerdo sea duradero y eficaz y dé los frutos deseados con la colaboración de todas las partes implicadas. En ese sentido, no faltan duras pruebas de las consecuencias negativas de las intervenciones políticas y militares no coordinadas entre los miembros de la comunidad internacional. Por eso, aun deseando no tener la necesidad de hacerlo, no puedo dejar de reiterar mis repetidos llamamientos en relación con la dolorosa situación de todo el Oriente Medio, del norte de África y de otros países africanos, donde los cristianos, junto con otros grupos culturales o étnicos e incluso junto con aquella parte de los miembros de la religión mayoritaria que no quiere dejarse envolver por el odio y la locura, han sido obligados a ser testigos de la destrucción de sus lugares de culto, de su patrimonio cultural y religioso, de sus casas y haberes y han sido puestos en la disyuntiva de huir o de pagar su adhesión al bien y a la paz con la propia vida o con la esclavitud.

Estas realidades deben constituir un serio llamado a un examen de conciencia de los que están a cargo de la conducción de los asuntos internacionales. No solo en los casos de persecución religiosa o cultural, sino en cada situación de conflicto, como en Ucrania, en Siria, en Irak, en Libia, en Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, hay rostros concretos antes que intereses de parte, por legítimos que sean. En las guerras y conflictos hay seres humanos singulares, hermanos y hermanas nuestros, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, niños y niñas, que lloran, sufren y mueren. Seres humanos que se convierten en material de descarte cuando solo la actividad consiste solo en enumerar problemas, estrategias y discusiones.

Como pedía al Secretario General de las Naciones Unidas en mi carta del 9 de agosto de 2014, «la más elemental comprensión de la dignidad humana obliga a la comunidad internacional, en particular a través de las normas y los mecanismos del derecho internacional, a hacer todo lo posible para detener y prevenir ulteriores violencias sistemáticas contra las minorías étnicas y religiosas» y para proteger a las poblaciones inocentes.

En esta misma línea quisiera hacer mención a otro tipo de conflictividad no siempre tan explicitada pero que silenciosamente viene cobrando la muerte de millones de personas. Otra clase de guerra que viven muchas de nuestras sociedades con el fenómeno del narcotráfico. Una guerra «asumida» y pobremente combatida. El narcotráfico por su propia dinámica va acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción. Corrupción que ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando, en muchos casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones.

Comencé esta intervención recordando las visitas de mis predecesores.

Quisiera ahora que mis palabras fueran especialmente como una continuación de las palabras finales del discurso de Pablo VI, pronunciado hace casi exactamente 50 años, pero de valor perenne, cito: «Ha llegado la hora en que se impone una pausa, un momento de recogimiento, de reflexión, casi de oración: volver a pensar en nuestro común origen, en nuestra historia, en nuestro destino común. Nunca, como hoy, [...] ha sido tan necesaria la conciencia moral del hombre, porque el peligro no viene ni del progreso ni de la ciencia, que, bien utilizados, podrán [...] resolver muchos de los graves problemas que afligen a la humanidad» (Discurso a los Representantes de los Estados, 4 de octubre de 1965).

Entre otras cosas, sin duda, la genialidad humana, bien aplicada, ayudará a resolver los graves desafíos de la degradación ecológica y de la exclusión. Continúo con Pablo VI: «El verdadero peligro está en el hombre, que dispone de instrumentos cada vez más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las más altas conquistas» (ibíd.). Hasta aquí Pablo VI.

La casa común de todos los hombres debe continuar levantándose sobre una recta comprensión de la fraternidad universal y sobre el respeto de la sacralidad de cada vida humana, de cada hombre y cada mujer; de los pobres, de los ancianos, de los niños, de los enfermos, de los no nacidos, de los desocupados, de los abandonados, de los que se juzgan descartables porque no se los considera más que números de una u otra estadística. La casa común de todos los hombres debe también edificarse sobre la comprensión de una cierta sacralidad de la naturaleza creada.

Tal comprensión y respeto exigen un grado superior de sabiduría, que acepte la trascendencia de uno mismo, que renuncie a la construcción de una elite omnipotente, y comprenda que el sentido pleno de la vida singular y colectiva se da en el servicio abnegado de los demás y en el uso prudente y respetuoso de la creación para el bien común. Repitiendo las palabras de Pablo VI, «el edificio de la civilización moderna debe levantarse sobre principios espirituales, los únicos capaces no sólo de sostenerlo, sino también de iluminarlo» (ibíd.).

El gaucho Martín Fierro, un clásico de la literatura en mi tierra natal, canta: «Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera».

El mundo contemporáneo, aparentemente conexo, experimenta una creciente y sostenida fragmentación social que pone en riesgo «todo fundamento de la vida social» y por lo tanto «termina por enfrentarnos unos con otros para preservar los propios intereses» (Laudato si’, 229).

El tiempo presente nos invita a privilegiar acciones que generen dinamismos nuevos en la sociedad hasta que fructifiquen en importantes y positivos acontecimientos históricos (cf. Evangelii gaudium, 223). No podemos permitirnos postergar «algunas agendas» para el futuro. El futuro nos pide decisiones críticas y globales de cara a los conflictos mundiales que aumentan el número de excluidos y necesitados.

La laudable construcción jurídica internacional de la Organización de las Naciones Unidas y de todas sus realizaciones, perfeccionable como cualquier otra obra humana y, al mismo tiempo, necesaria, puede ser prenda de un futuro seguro y feliz para las generaciones futuras. Y lo será si los representantes de los Estados sabrán dejar de lado intereses sectoriales e ideologías, y buscar sinceramente el servicio del bien común. Pido a Dios Todopoderoso que así sea, y les aseguro mi apoyo, mi oración y el apoyo y las oraciones de todos los fieles de la Iglesia Católica, para que esta Institución, todos sus Estados miembros y cada uno de sus funcionarios, rinda siempre un servicio eficaz a la humanidad, un servicio respetuoso de la diversidad y que sepa potenciar, para el bien común, lo mejor de cada pueblo y de cada ciudadano. Que Dios los bendiga a Todos. / Publicado por ACI Prensa.--

Papa en la ONU USA
Papa en la ONU USA, durante su discurso en la 70° Asamblea General de esta organización
Imagen: Captura de pantalla de vídeo en YouTube, de Vatican


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jueves, 15 de mayo de 2014

El Papa Francisco no quiere usar vehículos blindados en viaje por Oriente Medio

El Papa prescindirá de vehículos blindados en viaje por Oriente Medio: Vaticano
Por Philip Pullella para Reuters.

CIUDAD DEL VATICANO (Reuters) - El Papa Francisco no utilizará vehículos blindados durante su viaje a Oriente Medio este mes e insistió en usar un automóvil normal y poder estar lo más cerca posible de la gente, dijo el jueves el Vaticano.

La Santa Sede, al informar a periodistas sobre el viaje, también confirmó que un rabino y un líder islámico, ambos amigos del Papa, acompañarán a Francisco en su viaje en una señal de la importancia que el pontífice le da al diálogo interreligioso.

Francisco visitará Jordania, los territorios palestinos e Israel durante el viaje que realizará entre el 24 y el 26 de mayo, el primero como Papa a la región.

"El Papa quiere un papamóvil abierto y un automóvil normal. La seguridad local tomó el deseo del Papa en consideración", dijo el portavoz del Vaticano, el sacerdote Federico Lombardi.

Lombardi dijo que no esperan escenas similares a lo que ocurrió durante la visita a Brasil, cuando la multitud superó la barrera de seguridad y rodeó el automóvil del Papa porque en Oriente Medio los católicos son minoría.

Dijo también que el Vaticano no estaba muy preocupado por amenazas a los cristianos expresadas por supuestos extremistas judíos en propiedades cristianas en Tierra Santa.

El Papa invitó al rabino y al líder islámico a hacer el viaje con él para enviar lo que Lombardi llamó "una señal extremadamente fuerte y explícita" sobre la importancia del diálogo interreligioso en la región, que ha visto tantos conflictos.

Ambos acompañarán al Papa en todos los eventos, dijo Lombardi, por lo que el rabino Abraham Skorka visitará los territorios palestinos y un sitio islámico clave en Jerusalén, mientras que su amigo musulmán, Omar Abboud, director del Instituto por el Diálogo Religioso en Buenos Aires, estará en el Muro de los Lamentos y en el memorial del Holocausto Yad Vashem.

El viaje, la cuarta visita de un Papa a Tierra Santa desde tiempos bíblicos, marca el 50 aniversario de un histórico viaje a la región del Papa Pablo VI. El Papa Juan Pablo II viajó a la zona en el 2000 y Benedicto XVI en el 2009. / Por Philip Pullella para Reuters(Editado en español por Patricia Avila).--
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Canonization 2014- The Canonization of Saint John XXIII and Saint John Paul II
Francisco durante la ceremonia de la canonización conjunta de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII
Foto de Jeffrey Bruno, visto en Flickr (CC)Algunos derechos reservados

domingo, 27 de abril de 2014

El papa Francisco proclamó santos a Juan Pablo II y Juan XXIII

En una histórica celebración a la que asistieron el papa emérito Benedicto XVI, más de mil pastores entre cardenales, obispos y sacerdotes, y cientos de miles de fieles en la Plaza San Pedro y en Roma, seguida por el mundo católico, el papa Francisco proclamó santos a Juan Pablo II y Juan XXIII.

Una ceremonia realmente sin precedentes en la historia se efectuó conjuntamente la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II durante la Misa concelebrada por cardenales, obispos y sacerdotes, incluyendo al Pontífice Emérito Benedicto XVI.

Visto en YouTube, vía Acitv

El texto completo de la homilía del papa Francisco es el siguiente (Fuente: ACI Prensa):

Papa Francisco durante la homilia
Imagen: captura de pantalla del vídeo de Acitv
“En el centro de este domingo, con el que se termina la octava de pascua, y que San Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, están las llagas gloriosas de Cristo resucitado.

Él ya las enseñó la primera vez que se apareció a los apóstoles la misma tarde del primer día de la semana, el día de la resurrección. Pero Tomás aquella tarde no estaba; y, cuando los demás le dijeron que habían visto al Señor, respondió que, mientras no viera y tocara aquellas llagas, no lo creería. Ocho días después, Jesús se apareció de nuevo en el cenáculo, en medio de los discípulos, y Tomás también estaba; se dirigió a él y lo invitó a tocar sus llagas. Y entonces, aquel hombre sincero, aquel hombre acostumbrado a comprobar personalmente las cosas, se arrodilló delante de Jesús y dijo: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20,28).

Las llagas de Jesús son un escándalo para la fe, pero son también la comprobación de la fe. Por eso, en el cuerpo de Cristo resucitado las llagas no desaparecen, permanecen, porque aquellas llagas son el signo permanente del amor de Dios por nosotros, y son indispensables para creer en Dios. No para creer que Dios existe, sino para creer que Dios es amor, misericordia, fidelidad. San Pedro, citando a Isaías, escribe a los cristianos: «Sus heridas nos han curado» (1 P 2,24; cf. Is 53,5).

San Juan XXIII y San Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (cf. Is 58,7), porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresía del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.

Fueron sacerdotes, obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más fuerte la cercanía materna de María.

En estos dos hombres contemplativos de las llagas de Cristo y testigos de su misericordia había «una esperanza viva», junto a un «gozo inefable y radiante» (1 P 1,3.8). La esperanza y el gozo que Cristo resucitado da a sus discípulos, y de los que nada ni nadie les podrá privar. La esperanza y el gozo pascual, purificados en el crisol de la humillación, del vaciamiento, de la cercanía a los pecadores hasta el extremo, hasta la náusea a causa de la amargura de aquel cáliz. Ésta es la esperanza y el gozo que los dos papas santos recibieron como un don del Señor resucitado, y que a su vez dieron abundantemente al Pueblo de Dios, recibiendo de él un reconocimiento eterno.

Esta esperanza y esta alegría se respiraban en la primera comunidad de los creyentes, en Jerusalén, como se nos narra en los Hechos de los Apóstoles (cf. 2,42-47). Es una comunidad en la que se vive la esencia del Evangelio, esto es, el amor, la misericordia, con simplicidad y fraternidad.

Y ésta es la imagen de la Iglesia que el Concilio Vaticano II tuvo ante sí. Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisonomía originaria, la fisonomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos. 

No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia. En la convocatoria del Concilio, San Juan XXIII demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; fue el Papa de la docilidad al Espíritu.

En este servicio al Pueblo de Dios, San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene.

Que estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia. Que ambos nos enseñen a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama”. (ACI Prensa)

Visto en YouTube, vía Acitv

#2PopeSaints #2PapasSantos #SanJuanXXIII #SanJuanPabloII

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sábado, 26 de abril de 2014

Juan XXIII y Juan Pablo II, dos Pontífices Santos

Juan XXIII, nacido Angelo Giuseppe Roncalli en Sotto il Monte, Bérgamo, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881, facelleció en la Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963. Fue el papa número 261 de la Iglesia católica entre 1958 y 1963.

Visto en YouTube, vía Acitv

Fue beatificado en el año 2000, por el papa Juan Pablo II, durante el «Gran Jubileo» de dicho año. El 5 de julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autoriza la canonización de Juan XXIII, que se efectúa conjuntamente con la de Juan Pablo II mañana, 27 de abril de 2014.

Karol Józef Wojtyła, nuestro recordado y querido Juan Pablo II, nación en Wadowice, Polonia, el 18 de mayo de 1920, falleción en laCiudad del Vaticano el 2 de abril de 2005, fue el 264.º papa de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.

Visto en YouTube, vía Acitv

El director del Grupo ACI, Alejandro Bermúdez, nos ofrece en éste vídeo una reflexión de la personalidad y obra del increible Karol Wojtyla.

El 19 de diciembre de 2009, Juan Pablo II fue proclamado venerable por su sucesor, el papa Benedicto XVI, quien posteriormente presidió la ceremonia de su beatificación el 1 de mayo de 2011. El 30 de septiembre de 2013 el papa Francisco anunció que Juan Pablo II sería proclamado santo, al mismo tiempo que Juan XXIII, en una ceremonia conjunta el 27 de abril de 2014.

Como en Roma, todos los católicos nos preparamos para canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. Mañana el gran día para nuestra Santa Iglesia Católica.

Juan Pablo II y Juan XXIII. Fotos: ACI Prensa

miércoles, 2 de abril de 2014

Recordando a Juan Pablo II a 9 años de su partida

Hoy recordamos, en el noveno aniversario de su partida, al beato Juan Pablo II. Nuestro querido Papa viajero que fue a la presencia de nuestro Señor. 

En julio de 2013, el Papa Francisco ha aprobado el decreto por el que canonizará a los beatos Juan Pablo II y Juan XXIII. Juan Pablo II fue beatificado el 1 de mayo de 2011, tras aprobarse un primer milagro con la firma del ahora Papa emérito Benedicto XVI.

Visto en YouTube

El Papa viajero
Recordando a Juan Pablo II a nueve años de su partida
Según las noticias "se espera una verdadera invasión en el Vaticano el 27 de abril próximo, cuando en una misa solemne Francisco canonizará a Juan Pablo II y a Juan XXIII".

El papa Francisco recordó especialmente a Juan Pablo II al cumplirse un nuevo aniversario de su partida, "Al cumplirse hoy, 2 de abril, 9 años del fallecimiento del Beato Juan Pablo II, el Papa Francisco lo recordó y le dedicó unas palabras durante la Audiencia General. Esto lo hizo al saludar a los peregrinos de lengua polaca presentes en la Plaza de San Pedro" (aciprensa).

El Santo Padre señaló que “este aniversario dirige nuestro pensamiento hacia el día de su canonización que celebramos a fines de mes. La espera de este acontecimiento sea para nosotros la ocasión para prepararse espiritualmente y para reavivar el patrimonio de la fe dejado por él” (aciprensa).

viernes, 5 de julio de 2013

Papa Francisco aprueba canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII

Juan Pablo II y Juan XXIII. Visto en ACI PRENSA
El Papa Francisco ha aprobado el decreto por el que canonizará a los beatos Juan Pablo II y Juan XXIII, según ha explicado el portavoz de la Oficina de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi.

Los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos aprobaron este martes el segundo milagro atribuido al beato Juan Pablo II y que abre las puertas a su canonización, según informaban fuentes vaticanas.

Aunque todavía no había confirmación oficial, las mismas fuentes barajaban la fecha del 24 de noviembre, el término de la celebración del Año de la Fe, o el 8 de diciembre, como posibles fechas para la ceremonia de canonización de Juan Pablo II.

Además, la prensa italiana ya indicaba el martes que la ceremonia de canonización de Juan Pablo II podría realizarse junto con la de Juan XXIII, conocido como el 'Papa bueno'.

Así, el diario italiano 'La Stampa' señalaba este martes que "inesperadamente, los cardenales y obispos también tendrán que discutir sobre otro caso, que se ha añadido en estos últimos días, el de la canonización de Juan XXIII", el Pontífice que convocó el Concilio Vaticano II, fallecido hace 50 años y cuya beatificación se produjo en el año 2000.

En esta línea, precisaba que este cambio "no previsto" demuestra "la voluntad para celebrar juntas" las dos ceremonias de canonización y señala que Wojtyla y Roncalli "podrían ser santificados es diciembre de 2013, inmediatamente después de que termine el Año de la Fe, dado que la hipótesis inicial de octubre parece cada vez menos plausible por la falta de tiempo y por problemas de organización".

Karol Wojtyla fue beatificado el 1 de mayo de 2011, tras aprobarse un primer milagro con la firma del ahora Papa emérito Benedicto XVI. En aquella ocasión, se trató de la curación, dos meses después de su muerte, de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años.

Por su parte, Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II en septiembre de 2000, durante el Jubileo, en la misma celebración de la beatificación de Pío IX. En aquella ocasión, el milagro aprobado para su beatificación la curación de sor Caterina Capitani en 1966.

El Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II y murió mientras el Concilio seguía su curso, muchos obispos propusieron proclamar al 'Papa bueno' santo por aclamación, pero su sucesor, Pablo VI, prefirió seguir las vías canónicas, por lo que se puso en marcha un proceso canónico y después fue beatificado con su predecesor Pío XII.

martes, 2 de abril de 2013

Recordando a Juan Pablo II

El Papa viajero
Recordando a Juan Pablo II a ocho años de su partida
Hoy recordamos, en el octavo aniversario de su partida, al beato Juan Pablo II. El papa Francisco fue a rezar esta tarde ante su tumba, que se encuentra en la capilla de San Sebastían de la Basílica de San Pedro. Nosotros pensamos y recordamos con afecto su personalidad. En casa somos fieles admiradores de Juan Pablo II, y así como la noticia de su beatificación fue muy esperada, hoy lo es el que se lo santifique. Y según hemos leído en una noticia, la canonización de Juan Pablo II está en la última fase.

En una reciente entrevista, el postulador de la causa, el sacerdote polaco Slawomir Oder, dijo que "no habrá que esperar años» para su celebración. Oder ya ha entregado toda la información a la Congregación para las Causas de los Santos, cuyo prefecto, Angelo Amato, deberá fijar con Francisco la fecha en que el Papa polaco será santificado. Suena como posible el 16 de octubre, cuando se cumplen 35 años de su elección como Pontífice" (La Razón.es). Lo que seguramente será toda una alegría.

En éstos días también recordamos a Juan Pablo II. El 13 de marzo tuvimos la gracia que se ha elegido a un nuevo Papa que dirigirá nuestra Iglesia Católica, y fue como saben el Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio quie ha elegido llamarse Francisco. Como a muchos, sus primeros momentos como Papa nos recordaron a aquellos de Juan Pablo II, y también lo que pasó con su País natal, Polonia. ¿Pasará lo mismo en Argentina, como lo que pasó con Polonia?. Dios quiera que si, se necesita un cambio profundo en nuestra sociedad para que mejore en todo aspecto, y mejore la calidad de sus representantes.

jueves, 14 de marzo de 2013

¿Pasará lo mismo en Argentina, como lo que pasó con Polonia?

Visto en CNN en Español.

En el año 1978 Karol Jozef Wojtyla fue elegido Papa, eligió el nombre de Juan Pablo II, querido y recordado. Oriundo de Wadowice, Polonia. Fue el 264º Papa de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, hasta su fallecimiento el 2 de abril de 2005.

En 1978 Polonia estaba sometida tras la terrible cortina de hierro impuesta por los comunistas soviéticos a todas las naciones subyugadas por ellos en el este de Europa finalizada la Segunda Guerra Mundial. Polonia se presentaba como la República Popular de Polonia bajo la influencia soviética e imperaba el comunismo, pero el nombramiento inesperado de Juan Pablo II "tuvo un efecto electrizante sobre la oposición al comunismo en Polonia".

En agosto de 1980, se produjo una oleada de manifestaciones lideradas, entre otros, por el electricista Lech Wałęsa, fundador del sindicato independiente Solidaridad, y fue el principio del fin del comunismo en Polonia.
"Con las reformas de Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética, el aumento de la presión de la Iglesia Católica y de los sindicatos, junto a la masiva deuda externa, el gobierno de los comunistas se vio obligado a negociar con la oposición. En 1988, la Mesa de Negociaciones alteró radicalmente la estructura del gobierno polaco y de su sociedad. En abril de 1989, Solidaridad fue legalizada y se le permitió participar en las siguientes elecciones. Sus candidatos obtuvieron la victoria. En 1990, Jarurelski renunció a su mandato. Le sucedió Lech Wałęsa en diciembre. Hacia finales de agosto del siguiente año, ya se había formado el gobierno de Solidaridad, y en diciembre Wałęsa fue elegido presidente transformándose la República Popular de Polonia en la República de Polonia" (Wikipedia).
El nuevo gobierno fue apoyado por las potencias occidentales y la Iglesia Católica, que logró influir en el proceso, a través de sus líderes, afianzó la restauración de las libertades democráticas, así como al capitalismo y el libre mercado como bases del sistema económico, bajo un régimen multipartidista electoral parlamentario, dando lugar al moderno Estado polaco, que cambió su nombre oficial a República de Polonia

Entre los años 2000 y 2004, Polonia solucionó en parte sus principales problemas macroeconómicos —déficit elevado y una inflación muy fluctuante—, lo que le permitió ingresar en la Unión Europea, y está llamada a ser un miembro de gran importancia.
"La economía polaca es hoy una de las más dinámicas de Europa y es el único estado europeo que no ha conocido la recesión durante la crisis de 2008-2011. A pesar de la crisis económica, la economía polaca está creciendo a un 1,7% (Q3 2009), lo cuál es el mejor resultado en la Unión Europea" (Wikipedia).
Es un País sólido con una economía interesante, según su PIB (PPA) ocupa la posición 19ª con US$ 802,1 millones (2012), y según su PIB (nominal) ocupa la posición 20ª con US$ 531,8 millones (2012) y un PIB per cápita de US$ 14.039. Con un Indice de Desarrollo Humano (0,813) muy alto, que la ubica en la 39ª posición.

Ayer tuvimos la gracia que se ha elegido a un nuevo Papa que dirigirá nuestra Iglesia Católica. El Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio ha elegido llamarse Francisco. "Sus primeros momentos como Papa recordaron a aquellos de Juan Pablo II, cuyo calor humano relució cuando salió al balcón en 1978" (WSJ).

Fue imposible no hacernos la consulta ¿pasará lo mismo en Argentina, como lo que pasó con Polonia?.

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miércoles, 13 de marzo de 2013

Sobre el Papa Francisco I en la prensa internacional

El argentino Jorge Mario Bergoglio es el nuevo Papa
Por Ken Parks para The Wall Street Journal

BUENOS AIRES— El cardenal de Argentina Jorge Mario Bergoglio, un jesuita y actual arzobispo de Buenos Aires, fue elegido Papa el miércoles por los cardenales que buscaban un candidato de consenso que pudiera unir las diferentes facciones de la Iglesia Católica y detener la pérdida de feligreses.

El Papa Francisco I enfrenta la enorme tarea de sanar las divisiones dentro de la jerarquía de la iglesia, y servir a 1.200 millones de fieles.

El nuevo Papa trae una amplia experiencia pastoral en Argentina, pero no está claro cuánta influencia tiene dentro de la Curia Romana, el cuerpo administrativo del Vaticano. Bergoglio nunca ha desempeñado una función relevante en la Curia.

El Papa de 76 años fue elegido por los 115 cardinales en el segundo día de votaciones. El Papa número 266 sucede al papa Benedicto XVI, quien renunció por razones de salud en febrero.

Nacido en Buenos Aires, Bergoglio fue ordenado sacerdote jesuita en 1969. Fue designado obispo en 1992 y seis años después nombrado arzobispo de Buenos Aires. Bergolio fue designado cardenal por Juan Pablo II en 2001.

Personas cercanas a Bergoglio afirman que se escapa a los boatos de la figura de cardenal y que prefiere ser llamado "Padre Jorge" en vez de responder a títulos más formales como "Cardenal" o "su eminencia". Suele desplazarse a las parroquias e iglesias en transporte públicos vestido como un cura común y corriente.

En el lenguaje de la iglesia en Argentina, es un "pastor" y no un "príncipe".

Ha buscado una iglesia abierta en vez de una que se encierra dentro de sus templos y lugares de culto. Bergoglio ha respaldado la tarea de sacerdotes que desempeñan su trabajo en las "villas", como se conocen a los asentamientos pobres en la capital y los alrededores de Buenos Aires.

Al mismo tiempo, es dueño de una lectura ortodoxa de temas sociales como el matrimonio homosexual, el aborto y la eutanasia. Se opuso profundamente a la legislación del matrimonio gay que se convirtió en ley en 2010 en Argentina.

La renuncia del Papa Benedicto XVI —la primera de un papa en más de 600 años— suscitó un debate sobre una serie de temas que incluyen la administración del banco del Vaticano y el lento ritmo de las reformas de la Curia Romana.

Los cardenales también han deliberado acerca de la necesidad de revivir el catolicismo en Europa, su hogar tradicional, y el desplazamiento demográfico hacia países en desarrollo en Latinoamérica y África. / The Wall Street Journal.

Argentino Bergoglio es el nuevo Papa y elige el nombre de Francisco I
Por Barry Moody y Philip Pullella para Reuters

CIUDAD DEL VATICANO (Reuters) - El argentino Jorge Bergoglio fue elegido el miércoles como Papa para liderar a la Iglesia Católica Romana, en una sorpresiva decisión, y dijo que tomará el nombre de Francisco I.

El Papa Francisco, de 76 años, apareció en el balcón de la Basílica de San Pedro una hora después de que emergiera humo blanco de la Capilla Sixtina, la señal de que se había elegido al nuevo líder de los 1.200 millones de católicos en el mundo.

La elección de Bergoglio, el primer Sumo Pontífice latinoamericano, fue anunciada por el cardenal francés Jean-Louis Tauran con la frase en latín "Annuntio vobis gaudium magnum. Habemus Papam" ("Les anuncio una gran alegría. Tenemos un Papa".

Francisco se convierte en el pontífice número 266 en los 2.000 años de historia de la Iglesia, una institución que atraviesa por una crisis causada por escándalos de abusos sexuales, disputas y burocracia al interior del Vaticano y la propagación del secularismo.

El Papa Francisco entregó su primera bendición a la multitud reunida en la Plaza San Pedro y pidió a los hombres y mujeres de buena lo en su tarea al frente de la Iglesia Católica.

Antes de entregar la primera bendición "urbi et orbe" como Papa, el nuevo jefe de la Iglesia dijo que el mundo debería emprender un sendero de amor y fraternidad.

"Como ustedes saben, el deber del cónclave es darle un obispo a Roma. Tal parece que mis hermanos cardenales fueron casi al fin del mundo" para escoger al nuevo pontífice, dijo Francisco.

El Papa agradeció en italiano a su predecesor Benedicto XVI por su labor al frente de la Iglesia Católica.

La elección de Francisco dio por tierra con una de las principales conjeturas previas a la elección, que el nuevo Papa debería ser relativamente joven.

El argentino es el hombre de más edad de la mayoría de los candidatos y apenas había sido nombrado en las listas previas de los grandes candidatos antes del cónclave.

Es el primer jesuita en convertirse en Papa.

Los cardenales eligieron a Bergoglio en el segundo día del cónclave para definir al sucesor de Benedicto XVI, quien renunció inesperadamente el mes pasado.

La decisión se produjo más rápido de lo esperado, en el primer día completo de votaciones de los 115 cardenales electores, quienes se recluyeron tras los muros de la Capilla Sixtina el martes por la tarde.

Una jubilosa multitud congregada en la Plaza San Pedro comenzó a aplaudir cuando emergió el humo blanco, tras haber esperado en medio de una persistente lluvia y el viento helado para presenciar un momento histórico.

Benedicto XVI renunció inesperadamente el mes pasado por considerar que su salud no era lo suficientemente fuerte como para encarar los desafíos de la Iglesia.

Sólo un hombre desde el comienzo del siglo XX, Pío XII, fue elegido en las primeras tres votaciones y, en promedio, han sido necesarias siete votaciones en los nueve últimos cónclaves. Benedicto XVI fue elegido en el 2005 después de cuatro votaciones.

EMOCION

La multitud emocionada gritó todavía más fuerte cuando apareció Francisco, el primer pontífice en tomar ese nombre. "Viva el Papa", gritaron.

"No lo esperaba, pero estoy absolutamente feliz. Es un momento único. Aquí hay una gran sensación de unidad. Es genial que hayan tomado la decisión sobre quién va a liderar la Iglesia", dijo John Mcginley, un sacerdote escocés de Glasgow que viajó al Vaticano para presenciar el cónclave.

"Es un gran momento en la historia, algo que le puedo contar a mi madre", dijo el australiano David Brasch, de 30 años. "Tiene que controlar el tema del abuso a los niños. No sé cómo lo harán. Tiene que unir a 1.200 millones de personas", agregó.

Las bandas de las fuerzas armadas de Italia y de la guardia suiza del Vaticano desfilaron frente a la Basílica antes de la aparición del Papa.

Los cardenales quedaron recluidos el martes en la Capilla Sixtina, bajo los frescos de Miguel Angel, tras un día de pompa religiosa y oración y que terminó, como se esperaba, con humo negro saliendo de la chimenea dos horas después.

Ningún cónclave moderno alcanzó una decisión el primer día, que se considera un filtro, pero, con rapidez, los cardenales eligieron al nuevo Papa en la segunda jornada.

Francisco I asumirá una carga que según dijo Benedicto XVI en febrero, iba más allá de sus capacidades físicas.

La Iglesia sufre los escándalos por abusos a niños y el caso "Vatileaks", en el que el mayordomo de Benedicto XVI reveló documentos que denunciaban corrupción y luchas internas dentro de la Curia, la burocracia central del Vaticano.

También se ha visto sacudida por la rivalidad de otras iglesias, el avance del laicismo, especialmente en Europa, y los problemas en la gestión del banco Vaticano.

Todos los prelados reunidos en la Capilla Sixtina fueron elegidos por Benedicto XVI o por Juan Pablo II.

(Reporte adicional de Naomi O'Leary, Philip Pullella, Crispian Balmer y Tom Heneghan. Editado por Javier Leira). / Reuters.

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lunes, 11 de febrero de 2013

¿Tendremos un nuevo Papa en Semana Santa?

Sin dudas, la noticia sobre la renuncia del Papa Benedicto XVI es el tema de hoy en el mundo cristiano, generó sorpresa, conmoción y desconcierto entre los fieles a la Iglesia Católica apostólica romana.

Leyendo las noticias llego a una nota, en The Wall Street Journal, donde informan lo señalado por el asesor de comunicación del Vaticano, Greg Burke, quien dijo que el proceso podría comenzar inmediatamente, al referirse sobre la selección de un nuevo pontífice. "Lo que significa que tendremos un nuevo papa en Semana Santa", afirmó.

Al renunciar Benedicto XVI, a partir de las 20:00 hs. del 28 de febrero próximo se abrirá un período de "sede vacante", y hasta que se elija su sucesor, se abre un periodo que recibe el nombre de "interregnum", que significa "entre el reino". Se debe realizar un Cónclave para la elección de un nuevo Papa, cuyo inicio no debe exceder los veinte días del 28 de febrero. En el Cónclave participarán 120 cardenales del Colegio Cardenalicio vaticano, y conforme al Código de Derecho Canónico, solamente éste Colegio tiene competencia para elegir al Sumo Pontífice.

Imagen: "Capilla Sixtina" de Antoine Taveneaux (CC) Algunos derechos reservados.
Visto en Wikipedia.
En el cónclave, que se realiza encerrados bajo llaves en la Capilla Sixtina, deberán apegarse a la normativa específica expedida por el Sumo Pontífice. La que rige actualmente se encuentra contenida en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, expedida por el papa Juan Pablo II, el 22 de febrero de 1996, la cual solamente ha sido aplicada una vez tras la muerte de dicho pontífice y para la elección del actual papa Benedicto XVI.

Es importante destacar que partir de la citada Constitución Apostólica de Juan Pablo II, la elección del nuevo obispo de Roma se realiza mediante escrutinio o voto secreto, realizado mediante papeletas donde se escribe el nombre del candidato, y realizándose conteo hasta obtener la votación requerida de dos tercios de los votos de la totalidad de los electores. Por lo que han quedado abolidas las elecciones conocidas como "per aclamationem seu inspiratione" y "per compromissum", que todavía preveía la normatividad de Pablo VI, la Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo.
"En 2007, Benedicto XVI modificó las reglas para la elección de su sucesor, en concreto el sistema de mayorías que establece el texto de 1996 para la elección de Papa, pero dejó vigente todo lo demás. sí, para elegir al sucesor de Benedicto XVI será necesario obtener la mayoría de los dos tercios de los votos de los cardenales electores en todos los escrutinios.

Hasta entonces era necesaria esa mayoría, pero si tras el tercer día de votaciones y llegados al 33 o 34 escrutinio no se producían resultados positivos, se decidía seguir por mayoría absoluta. Asimismo, la nueva normativa del papa Ratzinger establece que cuando llegue el turno de voto de los dos cardenales más votados, éstos no podrán participar en la votación" (La Nación)
Luego de cada conteo de los votos, se procede a una de las tradiciones más conocidas a nivel mundial en relación con el cónclave, la “fumata”, un sistema secular de comunicar al pueblo la marcha de un proceso electoral. Si las votaciones ha sido negativas, no se ha llegado a la elección de nadie, los papeles se queman junto con paja húmeda, que produce un humo negro. Si ha sido elegido un candidato, y éste ha aceptado la responsabilidad, los papeles se queman usando paja seca, lo que da lugar a un humo de color blanco. Es la señal que anuncia al mundo la elección de un nuevo Papa.

Quien resultara el nuevo Papa es conducido por el Camarlengo y el Maestro de las Celebraciones Pontificias a la sacristía de la Capilla Sixtina, llamada “Sala de las lágrimas”, ya que todos los elegidos, sin excepción, lloran allí en relativa intimidad ante la magnitud de la responsabilidad que acaban de asumir.

Tras la manifestación del respeto de los Cardenales, se canta un “Te Deum”, y luego el Cardenal Protodiácono, se dirige al balcón principal de la Basílica de San Pedro, donde se hará público el anuncio de la elección. Instantes después el nuevo Papa, precedido por la cruz procesional sale al balcón y saluda al pueblo e imparte la bendición apostólica “Urbi et Orbi”.

Renuncia Benedicto XVI

Pope Benedict XVI_2
Papa Benedicto XVI.
Foto de Peter Nguyen Minh Trung en Flickr
(CC) Algunos derechos reservados.
Grande fue nuestra sorpresa al enterarnos hoy por las noticias que durante una misa pública en el Vaticano, Benedicto XVI anunció que dejará el pontificado el próximo 28 de febrero.

Según las noticias, durante una misa pública en el Vaticano en el marco del consistorio que se celebra estos días, el mismo Joseph Ratzinger, de 85 años, y en latín, comunicó a la Santa Iglesia Católica y al mundo su decisión señalando que "que siente el peso de la tarea que lleva a cabo, que ha meditado largamente su decisión y que finalmente la ha tomado por el bien de la Iglesia".

En el website del Vaticano publican la carta de renuncia de Benedicto XVI:
Queridísimos hermanos,

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Vaticano, 10 de febrero 2013
Recordemos que el Cardenal Joseph Ratzinger fue elegido Papa y eligió el nombre de Benedicto XVI en 2005, luego del fallecimiento del recordado Papa Juan Pablo II. Benedicto XVI es el Papa número 265, el sexto alemán en servir como pastor de la Iglesia Católica y el primero desde el siglo 11, y ha dirigido nuestra Iglesia Católica apostólica romana, la iglesia cristiana más numerosa del mundo, durante del tercer papado más largo en la historia.

Rogamos a Dios Nuestro Señor por el futuro de nuestra Santa Iglesia Católica.

domingo, 1 de mayo de 2011

Juan Pablo II beatificado


Visto en YouTube, vía ROME REPORTS


Se comenta en todos lados que la "Ciudad Eterna" ha acogido con alegría la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II, no quería dejar pasar el día sin comentar que nosotros también, lo hemos vivido con mucha alegría.

Como les había comentado ayer, nos preparamos para estar prendidos a los medios (TV e Internet) para ver con mucha alegría y atención la ceremonia de beatificación del querido Juan Pablo II.

El Papa Benedicto XVI encabezó una multitudinaria e impresionante ceremonia religiosa, a la cual asistieron delegaciones de todo el mundo. Se estima que más de 1 millón de fieles de todo el mundo estuvieron en la Plaza de San Pedro y alrededores. Aún no he visto datos de la audiencia en TV e Internet, pero me imagino que seguramente tendrá números impresionantes.

Entre lo más impresionante de la ceremonia destaco el momento cuando la monja francesa Marie Simon-Pierre, quien asegura que Juan Pablo II le curó la enfermedad de Parkinson, fue la encargada de llevar un relicario con una ampolla con sangre de Wojtyla hasta el altar mayor. La  homilía del Papa Benedicto XVI, que evocó la figura Juan Pablo II, es también muy destacable.

Ahora, siguiendo las leyes de la Iglesia, para cumplir la tercera etapa, se debe demostrar un nuevo milagro para permitir la canonización. Y nuestro querido Juan Pablo II, ahora Beato, pasará a ser Santo.

En la misa de esta mañana, en la Capilla de del Colegio Belén, todos estábamos con algo de sueño, la gran mayoría nos habíamos levantado alrededor de las 04:00 hs. para ver la ceremonia, que terminó un poco más de dos horas antes de asistir a la Capilla. Al finalizar la misa no había otro comentario. La alegría era notable.

sábado, 30 de abril de 2011

La beatificación de Juan Pablo II en vivo

Juan Pablo II
Foto de Wikipedia
Vía el Blog de YouTube en Español, llegó la grata noticia que "los fieles católicos que no puedan estar entre los cientos de miles que se estima estarán presentes en la Plaza de San Pedro este domingo para presenciar la beatificación de Juan Pablo II, tienen la opción de ver y escuchar la ceremonia en vivo a través de YouTube".

Bueno, en casa somos fieles admiradores de Juan Pablo II y la noticia de se beatificación fue muy esperada, es por ello que nos estamos preparando para éste domingo utilizar los medios tecnológicos a nuestro alcance para seguir la ceremonia. Mañana domingo 1 de mayo a las 9:00am CET, nos sumaremos como espectadores a la transmisión a través de la página de navegación de YouTube Live (www.youtube.com/live), o en el canal de YouTube creado especialmente por el Vaticano para la ocasión (www.youtube.com/johnpaul2), además estaremos sintonizando alguno de los especiales de noticias por TV, que también transmitirán la ceremonia, entre ellos EWTN, Red de Televisión de la Palabra Eterna (Programación).

El horario de la ceremonia para  Argentina es el domingo de 04:00 a 08:00 hs. Pueden consultar el horario local para otras ciudades del mundo en una página especial para el evento de timeanddate.com.