El jueves 24 de febrero de 2022, en la región del norte de Kiev y
principalmente desde Bielorrusia, se iniciaba una gran ofensiva que fue
calificada por muchos como del tipo blitzkrieg, "guerra relámpago".
Ese día, temprano, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció "el
inicio de una operación militar especial en Ucrania", con el objetivo de,
según él, "proteger al Donbás", la región de los separatistas prorrusos.
Durante el anuncio Putin instó a las fuerzas del vecino país a deponer las
armas e "ir a casa".
En su momento la embestida rusa inicial contra Kiev fracasa en pocos días.
Desde el día 26 de febrero de 2022 Rusia advierte que su embestida inicial
no tiene los resultados esperados. Hasta finales del día 27 no ha logrado
rodear y aislar a Kiev con ataques mecanizados y aerotransportados como
claramente había planeado hacer.
Los ataques rusos fallidos contra las ciudades fueron mal diseñados y
ejecutados, y encontraron una resistencia más decidida y efectiva de lo que
Rusia probablemente esperaba. Tras el golpe inicial la fuerte resistencia
ucraniana se levanta y comienza a agredir eficazmente al invasor. Primero
sola, demostrando un valor que conmueve al Mundo libre y luego comienza a
recibir ayuda desde todas partes del Mundo.
Situación Inicial: Zonas invadidas, rutas de ingreso y principales
acciones en el Norte de Ucrania. Editado con Google Earth Pro sobre
imágenes satelitales Landasat y Copernicus, con información del ISW y
Agencias varias
Para los analistas en general, Putin lo hizo con intenciones imperiales,
la principal recuperar el respeto como potencia global que detentaba la
Rusia soviética.
"Un objetivo atragantado de megalomanía y limitado por una realidad
implacable que esmeriló la influencia del Kremlin junto a los escombros
del campo comunista. Putin contaba, además, con mala información. Su
comunidad de inteligencia le había asegurado que no habría reacción a la
invasión sobre Kiev" - Marcelo Cantelmi /
Clarín.
Para la mayoría de los analistas ésta invasión rusa de Ucrania, iniciada
el 24 de febrero de 2022, constituye una escalada de la guerra
ruso-ucraniana que comenzó tras los sucesos del
Euromaidán en
2014.
Recordemos que la primera fase de la guerra ruso-ucraniana, entre 2014 y
2015, se originó en la cuestión sobre el Acuerdo de Asociación entre
Ucrania y la Unión Europea que llevó a los disturbios heterogéneos de
índole europeísta y nacionalista del Euromaidán. Posteriormente, la UE
condenó la intervención rusa en Ucrania (adhesión de Crimea a Rusia y
guerra del Dombás) y suspendió el diálogo sobre las cuestiones relativas a
la política de visados y las negociaciones sobre un nuevo acuerdo
bilateral. Desde entonces la Unión aplica un enfoque de doble vía que
combina sanciones con intentos de encontrar una solución al conflicto en
Ucrania.
Durante éstos dos últimos años, Europa ha vivido la cruda realidad del
mayor ataque militar convencional en suelo europeo desde la Segunda Guerra
Mundial, con atrocidades incluidas. Las acciones de Rusia en ésta guerra
son un ejemplo clásico de agresión imperial y colonial al estilo del siglo
XIX.
Según la opinión de muchos, esta guerra no tiene que ver con la
neutralidad de Ucrania, la ampliación de la OTAN, ni la protección de los
ruso parlantes en el Dombás.
Desde hace tiempo se advierte un desalentador panorama para América de Sur
y no poco de eso tiene que ver con la injerencia rusa en la región. Un
informe
de Transparencia Venezuela reveló que, entre 2001 y 2022, se establecieron
255 formas de intercambio en sectores clave, como defensa, hidrocarburos,
agroindustria, minería y turismo, con un marcado ventajismo para Rusia,
cuyos resultados no se tradujeron en bienestar para los venezolanos.
"Como resultado del seguimiento realizado por Transparencia Venezuela al
flujo de capitales corrosivos, provenientes de países con sistemas no
democráticos, se logró identificar cómo estas alianzas sirvieron para
explotar y aumentar las debilidades institucionales internas, alimentar la
corrupción y contribuir con la deriva autoritaria del gobierno, sin que
tales acuerdos se tradujeran en desarrollo ni en bienestar para la sociedad
venezolana" (Transparencia Venezuela).
Se ha señalado que "la estrategia de Putin en la región se enmarca, según
expertos, en su visión global de política exterior, que persigue,
básicamente, diversificar sus relaciones exteriores, contrarrestar el poder
de Estados Unidos y crear un orden internacional multipolar y, que en ese
nuevo orden, Rusia recupere su estatus de actor global" (BBC).
"'Dentro de esta estrategia internacional, América Latina ocupa un lugar
importante por los lazos históricos de la Unión Soviética y sobre todo por
la cercanía geográfica con Estados Unidos', dijo a BBC Mundo Mira
Milosevich, investigadora del Real Instituto Elcano, think-tank de estudios
internacionales con sede en Madrid" (BBC).
También se entiende que "usa lo que muchos llaman el 'patio trasero' de
EE.UU. para mandar un mensaje de 'aquí estamos', a la vez que acusa a
Washington de hacer lo mismo en el espacio postsoviético", le dijo
Milosevich a BBC Mundo.
Desde hace unos años que se habla del proceso de "venezualización" en
algunos países de la región, al compararlos con el penoso proceso sufrido
por Venezuela. Da mucha pena decirlo, el proceso de venezualización de Argentina es un
hecho. Y no será el único país en Sudamérica con éste cruel destino, el
populismo avanza en la región. Brasil y otros en la región están en la
mira.
Los expertos dicen que los regímenes populistas antiestadounidenses
dispuestos a trabajar con Rusia son el principal factor para potenciar la
capacidad de Rusia para proyectar su presencia en Sudamérica y el
Caribe.
Entre la desinformación y el espionaje, continúa la penetración de Rusia en
Brasil
El país sudamericano corre el riesgo de convertirse en una “puerta de
entrada” para que Putin cumpla sus ambiciones en la región.
El presidente ruso, Vladímir Putin, durante la inauguración
de la conferencia parlamentaria internacional
Rusia-América Latina en Moscú (Kremlin vía REUTERS). Visto
en
Infobae
El caso del espía ruso Sergey Vladimirovich Cherkasov, encarcelado en
Brasil desde abril de 2022, inicialmente en San Pablo y luego en Brasilia,
se ha acelerado en los últimos días y se convierte en una novela de
suspenso, revelando una vez más la densa penetración de Moscú en el
gigante latinoamericano.
De hecho, un funcionario de la embajada rusa huyó misteriosamente de
Brasil a principios de octubre. Estaba siendo investigado por la Policía
Federal porque figuraba entre los que transfirieron dinero a Cherkasov
mientras vivía bajo la falsa identidad de Victor Muller Ferreira. El
funcionario desapareció justo el día antes de ser interrogado por la
policía, que ahora cree que se trate de otro agente de los servicios
rusos.
Recientemente se ha informado que las tropas invasoras de rusia no la están
pasando nada bien en el Este de Ucrania. El ISW
informó
que "las grandes pérdidas de equipos rusos alrededor de Avdiivka
probablemente socavarán las capacidades ofensivas rusas a largo
plazo".
La misma fuente indicó, en su
cuenta en X, que "las fuerzas ucranianas avanzaron marginalmente en la orilla este
(izquierda) del Óblast Kherson y continuaron las operaciones ofensivas cerca
de Bakhmut y en el Óblast occidental Zaporizhia".
El "Batallón siberiano", un grupo de voluntarios de Rusia y otros
países que se unió a Ucrania en la guerra. Foto: AFP, Vista en
Clarín
Coincidentemente, Anton Gerashchenko, desde Ucrania informa que "el
viceministro iraní de Asuntos Exteriores para Asuntos Políticos, Bagheri
Kani, se reunió con Abu Marzouk, representante de los máximos dirigentes
políticos de Hamás, en Moscú. Se discutió la escalada en torno a la Franja
de Gaza".
Hace unos días leía: “Vladimir Putin y sus facilitadores han dejado una
cosa muy clara: esta guerra no se trata solo de Ucrania. Consideran que su
guerra contra Ucrania forma parte de una cruzada mayor, una cruzada contra
la democracia liberal”, lo decía canciller alemán Olaf Scholz.
Putler kaput, en Lviv, Ucrania en 2014. Foto de Reuters /
Stringer
También dijo: “Si queremos que la guerra de Putin termine, entonces no
podemos ser indiferentes a cómo termine. Por eso no aceptaremos una paz
dictada por Rusia, y tampoco aceptaremos ningún falso referéndum. Por eso
Ucrania debe ser capaz de defenderse de la invasión rusa”.
Palabras que fueron bien recibidas en Ucrania, donde desde hace tiempo se
sospecha del apoyo de Alemania a Kyiv. Así es, no son pocos los que vienen
señalando la "tibieza" del gobierno alemán desde que Rusia inició la
invasión a Ucrania en febrero de 2022.
Es aceptado a nivel global que la "cruzada" de Putler, como es señalado
Putin en gran medida en Europa (especialmente en los países que estuvieron
detrás de la fatídica "cortina de hierro"), representa "una amenaza al
modelo de democracia occidental". Y también es aceptado que Occidente y la
Unión Europea debe nuevamente ponerse de pie para defender su continuidad
como una alianza de naciones libres y democráticas.
Invasión que se considera una nueva fase de lo que inició Rusia en 2014,
con la ocupación de Crimea y estallaron los combates entre separatistas
prorrusos y fuerzas ucranianas en el este del país. Desde 2014, los
separatistas respaldados por Rusia y las fuerzas armadas de Ucrania han
estado librando una guerra en las regiones orientales de Donetsk y Luhansk.
No hay que olvidar a la ciberguerra que Rusia desató contra Estonia en 2007
y en 2013 la guerra cibernética estaba declarada, según la ONU.
Desde que está en el poder, Putin, inició un ambicioso plan para renovar el
gigantesco arsenal armamentístico e impulsar la industria de armas con las
últimas tecnologías. Según el informe de Global Firepower en 2018, ya
contaba con 6.850 armas nucleares, tres millones de militares, 20.216 carros
de combate, 3.794 aviones, 63 submarinos y un presupuesto militar de USD 44
mil millones.
En su política internacional, decidió renovar viejas alianzas, provenientes de
la era soviética, con países de Oriente Medio, África, Asia e incluso con
algunas naciones de América Latina.
El famoso crucero Moskvá fue construido en 1976 en el astillero 445 de la
planta de construcción naval 61 Kommunara de Mykolaiv, puerto fluvial de la
República Socialista Soviética de Ucrania, siendo botado en 1979 como Slava,
y asignado a finales de 1982.
En abril del año 2.000, fue rebautizado como Moskvá y sustituyó al crucero
de clase Kynda Almirante Golovkó como buque insignia de la Flota del Mar
Negro.
Era el buque principal de la clase de cruceros lanzamisiles del proyecto
1164. Resultó hundido el 14 de abril de 2022 en acción de guerra, servía en
la Flota del Mar Negro, y su hundimiento es considerado un gran logro de las defensas ucranianas.
El Moskvá tuvo un papel importante en el despliegue y ataque naval del
ejército ruso durante la invasión de Ucrania por el sur. Aunque durante esas
operaciones el crucero no disparó misiles contra objetivos terrestres
ucranianos, "expertos militares le dijeron a la BBC que el buque ofrecía un
apoyo crucial a otros barcos que lo hacían" (BBC).
Según
informó
a la BBC, Sidharth Kaushal, experto en energía marítima del Royal United
Services Institute, "el Moskva era el único barco de la flota que tenía
defensas aéreas de largo alcance a bordo". "Mientras los barcos más pequeños
realizaban bombardeos en las ciudades ucranianas, el Moskva les
proporcionaba cobertura aérea de área amplia" (BBC).
Visto en Youtube, vía
DW. Se puede configurar la traducción automática de subtitulos al español
El ataque
El miércoles 13 de abril de 2022, el asesor presidencial ucraniano Oleksiy
Arestóvych y el gobernador de Odesa, Maksym Márchenko, dijeron que el Moskvá
había sido alcanzado por dos misiles anti buques
R-360 Neptuno, y
estaba en llamas en el mar embravecido.
Fuentes ucranianas informaron que el ataque fue apoyado por un Unmanned Combat
Aerial Vehicle UCAV (Vehículo aéreo de combate no tripulado)
Bayraktar TB2, que distrajo las defensas del barco ruso.
El 14 de abril, el Comando Sur de Ucrania afirmó que el Moskvá se había
volcado y comenzaba a hundirse.
Según
News Corp Australia, los analistas de inteligencia de código abierto informaron que se
transmitieron señales de socorro desde el Moskvá, incluidos "SOS",
"hundimiento" y mensajes relacionados con los intentos de rescatar a su
tripulación en código Morse, y que habían aparecido múltiples embarcaciones de
asistencia cerca de la última ubicación conocida del barco.
El Ministerio de Defensa ruso
informó que un incendio
había provocado la explosión de municiones, que el barco había resultado
gravemente dañado y que la tripulación había sido evacuada por completo, sin
ninguna referencia a un ataque ucraniano. El ministerio agregó el 14 de abril
que los sistemas de misiles del crucero no sufrieron daños, los marineros
controlaron el fuego y que se estaban realizando esfuerzos para remolcar el
barco a puerto. Más tarde, ese día, el Ministerio declaró que se había hundido
mientras era remolcado durante una tormenta.
Análisis
A los analistas en general les sorprende el hecho que el crucero estaba
equipado con un sistema de defensa aérea de tres niveles que en principio
debería haberle dado tres oportunidades para defenderse de un ataque con
misiles como los Neptuno. La táctica de usar la distracción con el UCAV Bayraktar TB2 para poder alcanzarlo con los R-360 Neptuno y el posible uso de alguna técnica de guerra electrónica, resultó exitosa.
Mykola Bielieskov, del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Ucrania,
señaló que "los barcos rusos ahora se verán obligados a alejarse más de la
costa ucraniana, donde ya no pueden sentirse seguros".
Los analistas coinciden en que "los buques restantes en la flota rusa del Mar
Negro ahora serán más vulnerables a ataques aéreos, aunque no está claro si
las fuerzas de Ucrania, que han sufrido múltiples bajas, cuentan con los
recursos para aprovechar la situación", como lo ha informado la
BBC.
Un detalle importante es que el buque hundido, que era de gran importancia
estratégica, dado que era un centro de mando y control flotante. Su pérdida
deja potencialmente a la flota más expuesta, particularmente en misiones de
largo alcance al oeste de Crimea.
Cabe destacar que el estratégico buque no podrá ser reemplazado en el mar
Negro porque Turquía impide el paso de naves militares hacia y desde al Mar Negro a través del estrecho del Bósforo (también conocido como estrecho de Estambul) y el estrecho de los Dardanelos.
El hundimiento del crucero, nave insignia de la flota rusa en el mar Negro, a
pesar de ser un tremendo golpe para Rusia y los rusos, no cambiará el curso de
la guerra, "el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña dice que es probable que
su pérdida lleve a Rusia a revisar su postura naval en el Mar Negro" (La Nación), mientras se prepara para un nuevo asalto en la región oriental del Dombás
que probablemente tendrá una fuerte implicancia en el conflicto.
Sobre el Neptuno
El misil anti navío
R-360 Neptuno es un
misil de crucero anti buque ucraniano costero, entró en servicio en marzo de
2021 en las fuerzas ucranianas. También la Armada de Ucrania obtuvo sus
primeras unidades del misiles RK-360MC Neptuno, en marzo de 2021.
Fue desarrollado por la empresa estatal ucraniana de armamentos Luch y basado
en el misil anti buque soviético Kh-35 con un alcance y una electrónica
sustancialmente mejoradas.
El misil fue diseñado para destruir buques de guerra de superficie y buques de
transporte con un desplazamiento de hasta 5000 toneladas, ya sea en convoyes o
desplazándose individualmente.
Se trata de un sistema de arma de defensa costera que comprende un lanzador
móvil a base de camiones USPU-360, cuatro misiles, un vehículo de transporte /
recarga de TZM-360, un comando y vehículo de control RCP-360 y un vehículo
especial de carga. El sistema está diseñado para operar hasta 25 kilómetros
(16 mi) tierra adentro de la costa.
El misil Neptuno, incluido el motor de cohetes, es de 5,05 metros (16 pies 7
pulgadas) de longitud, con un ala dura en forma de cruz. Los misiles Neptune
están diseñados para ser alojados en contenedores de transporte y lanzamiento
(TLC) con dimensiones 5.30 por 0.60 por 0.60 metros (209 en × 24 en × 24
pulg.). Un solo misil pesa 870 kilogramos (1,920 lb), de los cuales 150
kilogramos (330 lb) es la ojiva.
Éste sistema de arma tendría un alcance efectivo de 300 km (190 mi). El misil
viaja a una velocidad máxima subsónica y solo desenmascara su radar cuando
llega cerca de su objetivo, para protegerse así al máximo de las contramedidas
enemigas.
Estas contramedidas pueden ser de dos tipos. La primera contramedida es
electrónica, interfiriendo el radar del misil y la segunda, destruyendo el
misil con proyectiles disparados por un sistema de armamento de proximidad
similar al Phalanx (estadounidense), llamado Duet en su versión rusa.
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En el doceavo día de la ofensiva rusa sobre Ucrania, las fuerzas rusas
siguen encontrando una impresionante e inusitada resistencia de las fuerzas
de defensa de Ucrania.
Según el análisis del
ISW, al día de ayer, las fuerzas rusas están comprometidas en cuatro
esfuerzos principales en ésta etapa de la ofenciva:
Esfuerzo principal: Kiev (compuesto por tres esfuerzos de apoyo
subordinados);
Esfuerzo de apoyo 1: Kharkiv;
Esfuerzo de apoyo 1a: Óblast de Lugansk;
Esfuerzo de apoyo 2—Mariupol; y
Esfuerzo de apoyo 3: Kherson y avanza hacia el oeste.
Esfuerzo principal: eje de Kiev: las operaciones rusas en el eje de Kiev
consisten en un esfuerzo principal destinado a envolver y, en última
instancia, rodear la ciudad desde el oeste y apoyar los esfuerzos a lo
largo de los ejes de Chernihiv y Sumy para rodearla desde el noreste y el
este.
Las fuerzas rusas cerca de Kiev han seguido concentrándose en preparación
para reanudar las operaciones ofensivas tanto al este como al oeste de la
ciudad. Han realizado movimientos limitados para avanzar en el
envolvimiento occidental, pero no han ganado mucho terreno.
Esfuerzo principal subordinado a lo largo de la orilla occidental del
Dnipro
Las fuerzas rusas siguen desplegadas en las posiciones al norte y al oeste
de Kiev que han ocupado durante varios días y no han iniciado operaciones
de combate importantes en las últimas 24 horas. El Estado Mayor de Ucrania
informó que hasta 18 grupos tácticos de batallón (BTG) están operando
actualmente a lo largo de los accesos occidentales de Kiev (frente a los
15 BTG informados por el Estado Mayor en su actualización anterior).
El Estado Mayor afirmó que elementos de la 76.a División Aerotransportada
rusa están tratando de avanzar hacia Belhorodka, aproximadamente a 20
kilómetros al oeste del centro de Kiev. Tal operación, si se confirma,
probablemente indicaría que las fuerzas rusas buscan acercarse a la
capital desde las posiciones que actualmente ocupan más al oeste,
permitiendo una ruta más corta para completar el cerco de Kiev en el lado
occidental. No está claro si las tropas rusas tienen el poder de combate
para completar esta operación con éxito.
Los rusos desviaron sus esfuerzos para rodear Kiev para atacar el corredor
de evacuación civil que corre hacia el oeste desde la capital a través de
Irpin. Según los informes, bombardearon un puente y bombardearon una vía
férrea que se utilizaba para evacuar a civiles el 5 y 6 de marzo.
Esfuerzo de apoyo subordinado: eje de Chernihiv
El Estado Mayor de Ucrania informó el 5 de marzo que las fuerzas rusas se
estaban concentrando para un nuevo ataque contra Chernihiv, incluido el
avance de los lanzadores MLRS termobáricos. Sin embargo, según los
informes, los rusos no han lanzado un nuevo ataque contra Chernihiv a
partir de esta publicación, y el Estado Mayor ucraniano informa que las
fuerzas ucranianas todavía controlan Chernihiv.
Esfuerzo de apoyo subordinado - eje Sumy
El Estado Mayor de Ucrania informó que las tropas rusas en la orilla
oriental del Dnipro, cerca de Kiev, se están reagrupando cerca de Brovary,
probablemente en preparación para un nuevo avance hacia el sur a través de
Peremoha hacia el aeropuerto de Boryspil. Tal avance probablemente tendría
la intención de completar el cerco de Kiev desde el este mientras las
fuerzas rusas intentan rodearlo desde el oeste. No está claro si las
fuerzas rusas tienen el poder de combate necesario para completar este
esfuerzo, que no ha comenzado a partir de esta publicación. El Estado
Mayor de Ucrania también afirmó que las fuerzas ucranianas habían
derrotado a una fuerza mecanizada rusa de tamaño desconocido en Sumy
Oblast el 5 de marzo.
Esfuerzo de apoyo #1—Kharkiv:
El Estado Mayor de Ucrania evaluó el 5 de marzo que hasta 23 BTG se
concentran probablemente al oeste y noroeste de Kharkiv y se están
preparando para reanudar las operaciones ofensivas hacia Lubny, Poltava y
Kharkiv. Poltava está aproximadamente a 130 kilómetros al norte de la
ciudad de Dnipro; Lubny está aproximadamente a 185 kilómetros al este de
Kiev. Lubny y Poltava están a unos 120 kilómetros de distancia. Una
operación ofensiva rusa de esta escala sería una empresa importante que
podría estar destinada a aislar a Kiev del este de Ucrania, apoderarse de
Dnipro, reforzar los ataques rusos en la propia Kiev o lograr una
combinación de todos estos objetivos. El Estado Mayor ucraniano afirma que
los rusos tienen la intención de apoderarse de la central hidroeléctrica
Kaniv en el Dnipro cerca de Cherkasy, que podría apoyar una ofensiva hacia
Lubny y Poltava. Hasta ahora, las fuerzas rusas han mostrado una capacidad
limitada para realizar ataques de esta amplitud y profundidad con éxito en
general, aunque el terreno en esta región es más favorable para las
operaciones ofensivas mecanizadas que el terreno alrededor de Kiev. Ningún
ataque a gran escala en este eje había comenzado a partir de esta
publicación. Las fuerzas ucranianas informan haber derrotado a varios
elementos rusos de tamaño desconocido en la región de Kharkiv el 5 y 6 de
marzo.
Esfuerzo de apoyo n.º 1a: Óblast de Luhansk:
El Estado Mayor de Ucrania informa que dos BTG rusos continuaban sus
esfuerzos para avanzar hacia el sureste cerca del norte del río Donets el
5 de marzo, pero sin lograr avances significativos.
Esfuerzo de apoyo #2—Mariupol:
El cerco ruso de Mariupol continúa y las fuerzas rusas continuaron
bombardeando la ciudad el 5 de marzo. El Estado Mayor ucraniano afirmó que
las fuerzas ucranianas llevaron a cabo un contraataque cerca de Mariupol,
destruyendo una pequeña cantidad de vehículos rusos pero sin alterar
materialmente la ciudad. líneas de mando.
Esfuerzo de apoyo n.º 3: Kherson y el oeste:
El Estado Mayor de Ucrania informa que tres BTG rusos de la 7ª División
Aerotransportada atacaron hacia Mykolayiv el 5 de marzo pero fueron
rechazados. Los informes de las redes sociales sobre vehículos rusos
dañados y destruidos en esta área pueden confirmar estos informes. El
presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó el 6 de marzo que Rusia
se estaba preparando para bombardear Odesa, aunque no ofreció pruebas de
esa afirmación e ISW no ha encontrado ninguna confirmación independiente
de la misma. [dieciséis] Es casi seguro que Zelensky tiene razón en que
Rusia comenzará a bombardear Odesa antes de las operaciones terrestres o
anfibias contra la ciudad, pero el momento de tales operaciones sigue sin
estar claro. ISW no ha observado indicadores adicionales de los
preparativos rusos para un asalto anfibio en Odesa, pero es probable que
no veamos dichos indicadores después de que los barcos hayan completado la
carga y antes de que realmente desembarquen tropas. Esperamos que los
comandantes rusos esperen hasta que las fuerzas terrestres rusas hayan
asegurado un cruce sobre el Bug del Sur, en o al norte de Mykolayiv, antes
de comprometerse con un asalto anfibio en Odesa, pero no tenemos evidencia
o indicadores específicos de que lo harán.
El Estado Mayor ucraniano también señaló que las fuerzas rusas ilegalmente
presentes en la región disidente moldava de Transnistria están en alerta
máxima, aunque también afirmó que su moral es baja y que no quieren luchar
en Ucrania. ISW no tiene una verificación independiente de ninguna de las
afirmaciones. Rusia ha mantenido tres batallones en Transnistria durante
décadas a pesar de la oposición del gobierno moldavo. Históricamente, esos
batallones han tenido bajos niveles de preparación y es poco probable que
puedan realizar operaciones de maniobras mecanizadas efectivas por sí
mismos. El Estado Mayor ucraniano puede estar informando sobre ellos
debido a los indicadores que están viendo de que los rusos tienen la
intención de usarlos junto con un ataque a Odesa. ISW no tiene indicadores
independientes para respaldar tal evaluación, aunque sería lógico.
Los líderes en Bruselas miran con atención los movimientos de Vladimir
Putin. Cómo sería una eventual invasión.
El reconocimiento de las regiones del
Donbass
por parte del gobierno ruso y de la Duma y la inmediata entrada de tropas
rusas en esas regiones elevó la tensión en la zona. Y encendió las alarmas
en el mundo entero.
La Unión Europea reaccionó el martes mismo aprobando una primera ronda de
sanciones
limitada a una lista de personas y, sobre todo, a bloquear el acceso a los
mercados financieros europeos a tres bancos rusos.
Alemania suspendió la autorización del nuevo gasoducto Nord Stream II. Si
Rusia sigue adelante en Ucrania habrá más sanciones.
Fuentes de la Unión Europea apuntan a otra medida que les hace pensar que
un conflicto mayor es casi inevitable.
La diplomacia del bloque está vigilando las señales que le pueden indicar
por dónde irán los tiros de Putin y entiende que la alarma es ahora más
evidente por varias razones y que Putin
sí atacará
Ucrania.
Vehículos del ejército de Rusia, este miércoles, en una estación
de trenes en la región de Rostov. Foto: EFE. Visto en
Clarín
1- El reconocimiento de Donetsk y Lugansk
La primera señal fue el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas
de Donetsk y Lugansk. Moscú no reconoció el territorio que ahora mismo
ocupan sino la totalidad de esas regiones según el mapa de las
provincias de Ucrania.
Eso hace que el territorio reconocido por Moscú suponga más del doble
del que ahora controlan los separatistas.
Si intentan conquistar el que no controlan, con tropas rusas ahora
oficialmente a su lado, provocarían un choque armado entre el Ejército
ucraniano y el ruso en un frente de cientos de kilómetros.
2- El ultimátum a Kiev
Otra de las señales que los líderes europeos miran con preocupación es
que Putin lanzó el martes es un ultimátum a Kiev por el que le exige
que Ucrania se desmilitarice, que
renuncie a ingresar
en estructuras occidentales como la OTAN y la Unión Europea.
Pero sobre todo, le exige que reconozca que la provincia de Crimea es
territorio ruso.
Crimea fue anexionada por Rusia a la fuerza en 2014, luego de un
conflicto armado que hasta ahora ya dejó cerca de 14.000 muertos.
3- Avance militar
La tercera señal es de estrategia militar. El despliegue de las
Fuerzas Armadas rusas se acerca cada día a la frontera de Ucrania y en
algunos puntos, como cerca de la ciudad ucraniana de Jarkov, las
tropas, carros de combate y artillería están apenas a 15 kilómetros
del paso.
La BBC habla de que grupos de tropas están movilizadas en lo que los
militares llaman “despliegue táctico”, unos preparativos que no pueden
sostenerse más allá de unos pocos días.
La cadena británica publicó nuevas imágenes de satélite que muestran
esos movimientos.
La BBC también cuenta que las Fuerzas Armadas rusas están moviendo
en los últimos días junto a sus tropas unidades de apoyo logístico e
incluso hospitales de campaña con reservas de sangre.
La
supuesta retirada
de tropas que anunció Rusia el pasado fin de semana es otra señal
que alertó a la diplomacia europea.
Ni el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ni el
canciller europeo, Josep Borrell, se creyeron que Rusia estuviera
realmente retirando tropas de fronteras.
Ahora, las fuentes aseguran que Rusia simplemente movió grupos de
tropas desde cuarteles provisionales donde las tenía movilizadas
desde enero hasta localizaciones más cercanas a Ucrania desde donde
podrían lanzar un ataque.
Más de la mitad de las tropas rusas cerca de Ucrania, tanto en Rusia
como en Bielorrusia, están ahora mismo, estiman las mismas fuentes,
a menos de 50 kilómetros de la frontera ucraniana. La mitad de esas
tropas en situación de despliegue táctico.
Bruselas sí entiende que los medios desplegados por ahora por Rusia
no son suficientes para un ataque masivo que busque ocupar toda
Ucrania, un país de 44 millones de habitantes y más de 600.000 km2.
El ataque, estiman esas fuentes, buscaría capturar puntos estratégicos,
destruir nodos de comunicación, impedir el trabajo del Gobierno y
sobre todo controlar Kiev (casi tres millones de habitantes) para
imponer un cambio de régimen.
Otros escenarios posibles, según estas fuentes, serían ataques
contra infraestructuras como centrales energéticas, de
comunicaciones móviles, de internet y de transportes.
Ucrania tiene en Zaporijia la tercera mayor central nuclear del
mundo con seis reactores y una potencia combinada de casi 6.000 MWh.
Rusia puede cerrar el acceso al Mar Negro y al Mar de Azov a
Ucrania, alterando sus cadenas de suministros, sus exportaciones e
importaciones y en general su actividad económica. / Por Idafe
Martín, publicado por Clarín. Bruselas, especial CB.-
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Son momentos claves en los que se espera el resultado de las acciones
diplomáticas para superar el conflicto, sin embargo tanto Rusia como la OTAN
y Ucrania están movilizando sus fuerzas, ocupando posiciones en el posible
teatro de operaciones. La posibilidad de enfrentamiento es cada vez más
real.
Rusia-Ucrania: por qué una posible invasión rusa a Ucrania hace temer
que Europa esté más cerca de una guerra de lo que ha estado en
décadas.
Por Katya Adler, Editora de Europa, BBC News. Publicado por
BBC Mundo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este miércoles que cree
que su homólogo ruso, Vladimir Putin, "intervendrá" en Ucrania, pero no
quiere una "guerra en toda regla". Lo hizo después de que EE.UU.
reafirmara, junto a la Unión Europea, la OTAN y la OSCE la defensa de la
"arquitectura de seguridad europea existente" y su determinación de
resolver por la vía diplomática la crisis con "un frente transatlántico
fuerte, claro y unido". Su secretario de Estado, Antony Blinken, quien se
reunirá este viernes con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia
Serguéi Lavrov en Ginebra, advirtió que Rusia podría atacar a Ucrania "en
muy poco tiempo". En este texto, Katya Adler analiza la situación desde el
punto de vista de Europa.
"Europa está más cerca de la guerra ahora de lo que ha estado desde la
desintegración de la antigua Yugoslavia".
Son las duras palabras de advertencia de un alto diplomático de la Unión
Europea con quien acabo de hablar extraoficialmente sobre las tensiones
actuales con Moscú, debido a su enorme refuerzo militar en la frontera con
Ucrania.
El estado de ánimo en Bruselas es nervioso. Existe un temor real de que
Europa pueda estar cayendo en su peor crisis de seguridad en décadas.
Ucrania culpó a Rusia por el hackeo
que afectó sitios web de su gobierno, alegando que Moscú está involucrada en
una creciente “guerra híbrida” en su contra.
"Oleh Derevianko, experto en seguridad cibernética en Kiev, dijo a The
Associated Press que los hackers penetraron las redes gubernamentales a través
de un proveedor de software compartido en un ataque a la cadena de suministro
similar al caso de ciberespionaje ruso SolarWinds 2020 que tuvo como blanco el
gobierno de Estados Unidos" (La Nación / AP).
Tras una semana de conversaciones fallidas para destrabar la crisis con
Occidente por la seguridad de Ucrania, Rusia describió el domingo a la OTAN
como una “herramienta de confrontación”, mientras desde el gobierno de Kiev
acusó a Moscú de un masivo ciberataque a las oficinas del gobierno.
El vocero del gobierno ruso, Dimitri Peskov, en una entrevista con CNN,
advirtió que la tensión entre el Kremlin y la Alianza Atlántica se está
acercando a una “línea roja” debido al apoyo militar de Occidente a Ucrania.
Peskov negó cualquier intención de invadir territorio ucraniano, una acusación
que calificó como “una locura”, y consideró necesario mantener tropas cerca de
la frontera porque Rusia “no puede tolerar” que la OTAN “se abra paso
gradualmente” en Ucrania.
Rusia exige que la OTAN prohíba la incorporación de Ucrania y otros Estados de
la antigua Unión Soviética a las filas de la Alianza Atlántica y que haga
retroceder sus fuerzas a las posiciones que ocupaban en 1997.
Paralelamente,
Rusia y Bielorrusia inician maniobras militares. Son ejercicios de combate por la agravación de la situación
político-militar y el aumento de tensiones en Europa, según se informó en
Minsk.
"Los próximos ejercicios de preparación y de combate se realizan debido a la
agravación de la situación político-militar en el mundo y al aumento continuo
de las tensiones en Europa, sobre todo en las fronteras oeste y sur de
Bielorrusia", dijo el Ministerio de Defensa bielorruso en un comunicado.
Bielorrusia limita con Polonia, Lituania y Letonia, miembros de la OTAN y
adversarios de Rusia, como también lo es Ucrania.
Está pasando lo mismo que pasó cuando la toma de Crimea por los rusos. Todos
los países de la antigua URSS que se pasaron y se quieren pasar a la OTAN,
están en máxima alerta. En Polonia están muy activas milicias civiles que se
han venido armando desde hace años en prevención a la posible invasión rusa.
En 2014, "en respuesta a una revolución pro occidental en Ucrania", Rusia
anexionó la península ucraniana de Crimea y es en gran parte considerada un
apoyo militar de los separatistas prorrusos del este de Ucrania, escenario de
una guerra desde hace ocho años.
Suecia no descarta un ataque y mueve tropas al Mar Báltico, reforzó su contingente en la isla de Gotland, tras el fracaso de las
negociaciones para evitar una guerra en Ucrania. Suecia, miembro de la Unión
Europea pero no de la OTAN (aunque crece el debate en el país para adherirse a
la Alianza Atlántica), reforzó durante el fin de semana su contingente militar
en la isla de Gotland, una especie de portaaviones natural plantado en el
centro del Mar Báltico.
Alemania y el Reino Unido realizaron declaraciones en apoyo al Gobierno
ucraniano. "La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock,
afirmó el lunes en Kiev que Alemania hará todo lo posible para garantizar la
seguridad de Ucrania, al tiempo que reiteró su deseo de mantener un “diálogo
serio” con Rusia. Por su parte, el ministro de Defensa del Reino Unido, Ben
Wallace, anunció este lunes en el Parlamento un acuerdo para proveer a Ucrania
de nuevo armamento para incrementar su “capacidad defensiva”." (Infobae / AFP y EFE)
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Las guerras convencionales están en desuso, incluso cuando se llevan a cabo
en territorios alejados del eje occidental, como hemos podido ver con la
retirada de Estados Unidos en Afganistán.
Eso no significa que los conflictos armados estén desapareciendo. En
absoluto. Simplemente que el formato tradicional en el que dos ejércitos
oficiales se enfrentaban a cañonazos -o con misiles- está cambiando hacia un
modelo menos aparatoso y más discreto, pero con el mismo objetivo de
desestabilizar y asfixiar al enemigo para obtener una ventaja de tipo
económico, diplomático o militar. Internet, los medios de comunicación y un
gasoducto pueden ser tan efectivos como los tanques y los buques de guerra
lo fueron en el pasado.
Soldados polacos en la frontera con Bielorrusia desplegados para
frenar la llegada de migrantes enviados por Bielorrusia Foto:
IREK DOROZANSKI HANDOUT / EFE Vista en
La Razón
Es lo que los expertos llaman “guerra híbrida”, un enfrentamiento que trasciende el espacio físico y donde los
contendientes usan como armas tropas no regulares, métodos terroristas,
ataques cibernéticos, financiación de partidos radicales, difusión de
noticias falsas y el envío de migrantes como instrumento para desestabilizar
al contrario, tal y como estamos viendo estos días en la frontera de
Bielorrusia con Polonia.
El término fue formulado hace años por Frank Hoffman (2007) la referirse a
ella como al despliegue de “diferentes modos de guerra, incluidas
capacidades convencionales, tácticas y formaciones irregulares, actos
terroristas que incluyen violencia y coerción indiscriminada, así como
desorden criminal”.
Para algunos expertos militares no es sino la actualización de la vieja
guerra de guerrillas desplegada por tantos países a lo largo de los dos
últimos siglos. La guerra híbrida, sin embargo, supone un avance en la
teoría militar al incorporar nuevos actores y estrategias como la propaganda
y la provocación.
Este tipo de enfrentamiento está protagonizado muchas veces por actores no
estatales. El ejemplo más claro es el del Estado Islámico y su campaña de
terror global con la decapitación en Siria y de periodistas y activistas
occidentales basada en la grabación de vídeos difundidos en las redes
sociales.
A continuación repasamos las cinco estrategias más habituales que definen
una guerra híbrida.
Tropas no regulares y operaciones especiales
En 2014, miles de soldados tapados con pasamontañas comenzaron a tomar y
patrullas los puntos estratégicos de la península de Crimea en una operación
especial que asombró a Occidente. No formaban parte de un ejército
reconocido ni reconocible, pero desde Washington se apuntó inmediatamente a
Rusia y en particular al Servicio de Inteligencia Militar Ruso (GRU), una
agencia conocida en la era soviética por sus métodos agresivos y su opacidad
en comparación con el KGB.
El envío de soldados no identificados se repitió posteriormente en el este
de Ucrania, donde Rusia reclutó y formó militarmente a residente locales
para enfrentar al Ejército de ucraniano. A veces también se utilizan
mercenarios y fuerzas “delegadas”, como sucedió en Crimea. Las fuerzas
paramilitares cuentan a menudo con abundante armamento y una logística muy
superior a lo que es frecuente entre milicianos o guerrilleros.
El envió de tropas regulares a las fronteras de países rivales es una
táctica cada vez más habitual. Rusia ha desplegado más de 100.000 tropas
cerca de la linde con Ucrania en un ejercicio que Washington denuncia como
una provocación si bien Moscú ha negado que tenga la intención de iniciar
una invasión de su vecino.
Por Alexis Rodríguez-Rata, publicado por
La Vanguardia.
Hace apenas siete años, un profesor de Ingeniería Aeroespacial y Mecánica de
la Universidad de Texas
pirateó un superyate en el Mediterráneo hasta modificar su rumbo. Hace apenas dos, los expertos ya hablaban del
riesgo real de pirateo que corrían más de 50.000 barcos. Hoy pueden ser más. Y más grandes. Y con consecuencias más graves. Porque
mientras Barcelona ve atracar en su puerto el segundo portacontenedores más
grande del mundo y hay quien ya prevé la llegada de buques totalmente
automatizados, el peligro de que sean controlados por hackers y naveguen como
‘zombis’ en el mar ha llegado para quedarse. Y el problema es que todos están
conectados a Internet.
Así es que si en el pasado el marinero temía las galernas y huracanes, los
hielos, las colisiones y abordajes, remolinos, las olas asesinas y quién sabe
si incluso al mítico kraken, hoy la navegación marítima se enfrenta a una
nueva y emergente amenaza: los ciberataques.
“Hasta cierto punto sin darnos cuenta, nos hemos vuelto totalmente
dependientes de las comunicaciones digitales. Los coches se han vuelto
ordenadores. También las centrales eléctricas. O los barcos. Hay muchos más
ejemplos. Y si alguien puede tomar el control de estos sistemas informáticos,
entonces tenemos un problema real porque podría, en teoría, atacar desde
cualquier parte del mundo”, alerta en conversación con La Vanguardia Keith
Martin, catedrático de Seguridad de la Información en el Royal Holloway de la
Universidad de Londres.
Pero es que, además, el comercio marítimo es el corazón de la globalización.
Está en la base del 90% del transporte mundial de mercancías. Y el ciberespacio es el terreno, diario, en el que se mueve. De manera que
si la red es vulnerable, también lo son los barcos.
Es así que el miedo crece. Sobre todo respecto a los buques mercantes. Porque
los graneleros, petroleros, gaseros, portacontenedores, frigoríficos, ro-ro o
cocheros –los hay de todo tipo…–, impresionan. Los más extensos tienen un
tamaño que llega a los cuatro campos de fútbol. Valen millones. Mueven
millones. Y ahora surge la posibilidad de piratearlos a distancia y guiarlos a
un destino diferente al original, tanto como para bloquear puertos, estrechos
y pasos clave por los que transitan, como pueda ser el del canal de Suez u
otras rutas de un mundo globalizado, que quedarían, en consecuencia,
colapsadas.
La gran vulnerabilidad marítima
En 2009 los piratas somalíes ocuparon las portadas en España tras el secuestro
físico del atunero vasco Alakrana. Fue liberado tras el pago de un rescate a
las pocas semanas, pero su caso puso sobre la mesa el tracking y targeting
digital que los corsarios del siglo XXI hacen de buques susceptibles de ser
atacados en su paso por el cuerno de África, una vía obligada en su camino a
Europa desde la fábrica del mundo, China. Desde entonces muchos apagan su
geolocalización al pasar por la zona.
En éste 12 de Septiembre se recuerda la batalla de Kahlenberg, del segundo sitio de Viena, tuvo lugar en los días 11 y 12 de septiembre de 1683.
Tras dos meses de asedio por tropas del Imperio otomano. La batalla se libró en la montaña de Kahlenberg (actualmente Leopoldsberg) en las afueras de Viena, entre las fuerzas combinadas del Sacro Imperio Romano Germánico y la Mancomunidad de Polonia-Lituania (Liga Santa) contra el Imperio otomano y sus vasallos europeos.
La batalla de Kahlenberg. Esta es una reproducción fotográfica de un cuadro de Frans Geffles (1625-1694) que se encuentra en el Wien Museum Karlsplatz. Vista en Wikipedia
La historia relata que el gran visir Kara Mustafá inició una campaña contra el emperador Leopoldo I de Habsburgo que estaba distraído con las amenazas de Luis XIV de Francia. El objetivo inicial del gran visir Kara Mustafá era ocupar unas fortalezas estratégicas que consolidaran la posición otomana en los Balcanes pero el 25 de junio anunció su intención de atacar Viena.
El ejercito del Imperio Otomano avanzó con una fuerza abrumadora, tenían tropas del Kanato de Crimea, del Principado de Moldavia, Principado de Valaquia, y del Principado de Transilvania. Historiadores han señalado que habían reunido el mayor ejército musulmán desde los tiempos de Saladino.
El sitio de la ciudad de Viena se inició a mediados de julio de 1683. Los otomanos fallaron en llevar artillería de asedio y los defensores de Viena ofrecieron una feroz resistencia que les hizo ganar tiempo. El rey Leopoldo pidió al papa que se reuniera un ejército y se proclamó una cruzada para defender una ciudad cristiana.
Acudieron todos los países cristianos de Europ, excepto Francia. Una coalición de reyes y príncipes de naciones cristianas, entre ellos Juan III Sobieski, rey de Polonia, que la encabezaba; el margrave Luis Guillermo de Baden-Baden, llamado Türkenlouis [Luis el Turco]; y el duque Carlos V de Lorena, entre otros, generales y ministros alemanes, polacos y austriacos junto con voluntarios italianos llegaron en socorro de Viena y se unieron con sus tropas a las de Leopoldo I de Habsburgo.
Las tropas cristianas eran la mitad de las turcas y no contaban casi con artillería. Agrandados por su superioridad numérica los otomanos cometieron varios errores, no consideró a las tropas cristianas como una amenaza, ni ordenó a sus unidades situarse en formación de batalla.
Para los defensores de Viena el tiempo apremiaba, se dan cuenta que los otomanos intentan hacer saltar las murallas cavando de noche una mina debajo de ellas. Son los panaderos de Viena, que trabajan de madrugada, los que se dan cuenta de que sus tinajas de agua para hacer la masa y otros utensilios vibran de noche.
Rusia mantiene el apoyo a Maduro, pero protege sus inversiones en Venezuela. Por Anatoly Kurmanaev, publicado por The New York Times.
MOSCÚ — En una tarde lluviosa de esta semana, un grupo de funcionarios rusos y ejecutivos del sector petrolero se reunieron para asistir a misa en una iglesia católica escondida tras la imponente sede del servicio secreto en el centro de Moscú.
No fueron a orar: recordaban al difunto líder venezolano Hugo Chávez, quien desembolsó miles de millones de dólares en armas y maquinaria rusas. Además mostraban su apoyo por Nicolás Maduro, su sucesor asediado.
Maduro intenta salvar el sistema político que, durante dos décadas, construyó con Chávez y el apoyo de Rusia. Su catastrófica gestión económica ha ocasionado que la oposición reclame el liderazgo del país con el apoyo de Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de las naciones suramericanas.
Para Rusia eso se ha convertido en el intento más reciente de Occidente para derrocar a un gobierno adversario y limitar el alcance global del presidente Vladimir Putin. El Kremlin reaccionó cerrando filas con Maduro y ofreciéndole su apoyo diplomático, lo que fue evidente en la ceremonia celebrada el miércoles en la iglesia de San Luis de los Franceses.
Alexander Shchetinin, principal diplomático latinoamericano de Rusia, e Igor Sechin, el poderoso dirigente de la mayor estatal petrolera rusa, Rosneft, fueron algunos de los que llevaron flores al monumento a Chávez. Sin embargo, detrás de los actos oficiales, las élites políticas y económicas de Rusia se están dividiendo sobre cómo preservar sus intereses de la mejor manera.
Mientras Maduro y Juan Guaidó, el líder de la oposición, se disponen a librar una guerra de desgaste, el Kremlin enfrenta una fuerte decisión: aumentar el apoyo a su aliado o formar parte de los que eligieron a su sucesor.
El camino que tome Putin ayudará a determinar si Venezuela tendrá una transición gubernamental pacífica, si se iniciará una guerra civil o se consolidará el modelo represor del gobierno de Maduro.
“La imagen y la influencia global de Rusia están en juego en Venezuela”, dijo Vladimir Rouvinski, politólogo de la Universidad Icesi en Cali, Colombia. “El impacto inicial y el miedo en Rusia de que perderían todo en Venezuela se está remplazando con la posibilidad de que puedan volverse parte de una transición negociada y asegurar que se respeten sus intereses”.
Esos intereses abarcan desde los proyectos petroleros y los contratos militares de las firmas estatales rusas en Venezuela hasta el valor geopolítico de tener un aliado contrario a las políticas de Estados Unidos en el hemisferio occidental.
En años recientes, Rosneft se ha convertido en el socio petrolero más grande de Venezuela y un prestamista de emergencia, pues ha adquirido acciones en cinco proyectos de producción de crudo y le ha prestado al gobierno de Maduro alrededor de 7000 millones de dólares a cambio de petróleo. Venezuela aún le debe a Rosneft alrededor de 2300 millones de dólares, según una presentación de la compañía realizada en febrero.
Venezuela también debe 3100 millones de dólares al Ministerio de Finanzas de Rusia por armas, camiones y granos adquiridos a crédito. Finalmente, el exportador de armas estatal de Moscú tiene contratos de servicio multimillonarios para dar mantenimiento a los tanques, los aviones de combate y los sistemas de defensa aérea fabricados en Rusia con los que cuenta Venezuela.
Cuando más "cosas" disfrazadas de noticias te lleguen, más desinformado estarás. Hay quienes están señalando que hay una guerra de información, y no sólo en las redes sociales, que difunden noticias falsas para explotar divisiones y generar antagonismo por diversos y oscuros propósitos. Es la guerra de desinformación en la “era de la Información”.
FakeNews
"En Estados Unidos, por ejemplo, una investigación del Pew Centre reveló que el 62% de los estadounidenses adultos reciben noticias a través de las redes sociales, de manera que es cada vez más probable que más de nosotros estemos viendo -y creyendo- información que no sólo no es precisa sino que a veces es totalmente inventada" (BBC 11/2016). Algo similar está sucediendo en el resto del Mundo.
En las últimas guerras, desde finales del siglo XX han adquirido primacía la guerra de información y las operaciones psicológicas. Los analista y entendidos en la temática señalan que en la “era de la información”, lo que menos tiene el público es información real.
Lo que se conoce como "Operaciones de Información" (“Info Ops” en inglés) es una disciplina en evolución dentro del mundo militar. Surgió de conceptos tempranos tales como “Guerra de Mando y Control” y de “Guerra de la Información”. Iniciándose principalmente en los Estados Unidos, en la década de 1990, como resultado de las lecciones aprendidas en la Guerra del Golfo, del así llamado “Efecto CNN”, y de los enormes avances en la Tecnología de la Información.
Durante la crisis de Crimea y la guerra en el este de Ucrania, tanto Rusia como el gobierno de Ucrania y sus aliados occidentales, incluido EE UU, se involucraron en la desinformación, buscando desconcierto y divisiones en las áreas en conflicto y a la vez tratando de obtener una mirada favorable a sus acciones en el resto del Mundo, según la opinión de los expertos.
En éstos tiempos, el ejemplo que más en estudio está, es lo conocido como "russiagate", la "supuesta" injerencia rusa en las elecciones estadounidenses, donde las redes sociales, en especial Twitter, jugaron un papel de gran importancia.
No es desconocido que en muchos países, incluido el nuestro, se han desarrollado campañas para fomentar la desconfianza hacia los candidatos y el sistema político en general, especialmente contra el gobernante, y no faltó la respuesta en el sentido contrario. Es común ver provocaciones en las redes sociales, es sabido que hay operadores bajo identidades falsas que buscan sembrar confusión y discordia.
En pocas palabras, así como en ciberseguridad se señala que lo que te envía el mejor y más confiable amigo puede ser un gran problema para tu equipo, tus datos e información, la noticia que se colgó en tu red social favorita, puede estar cambiando tu visión de la realidad.
En Argentina, antes, durante y después de las últimas elecciones presidenciales, el nivel de los ataques y difamaciones que se alcanzó en las redes sociales y grupos de mensajería instantánea fue grosero en extremo. En especial en diciembre de 2017 se hizo más evidente durante un serio intento de impedir que el Congreso funcionara y se caiga la sesión especial para debatir la reforma jubilatoria.
Tropas en Europa, ciberarmas y control del Ártico: la nueva OTAN se fortifica ante Rusia.
La última reunión de la OTAN cerró un programa que interrumpe la trayectoria de paz de las últimas décadas. La capacidad de la Alianza se ha atrofiado desde el final de la Guerra Fría.
¿Se está preparando la Alianza Atlántica para un posible enfrentamiento con Rusia? La última reunión de la OTAN celebrada en Bruselas el 8 de noviembre cerró un programa que interrumpe la trayectoria de paz de las últimas décadas. Por primera vez desde el fin de la Guerra Fría, los aliados acordaron reestructurar el mando de la coalición militar y la apertura de dos nuevos Cuarteles Generales -que se sumarán a los 7 que operan en la actualidad-. La reforma busca facilitar el movimiento de tropas en Europa, adaptarse a la ciberguerra y aumentar la vigilancia marítima en el Ártico y el Océano Atlántico.
“Tras la Guerra Fría se redujeron las amenazas (…) y nos centrarnos en operaciones expedicionarias fuera de Europa, como en Afganistán”, recordó el Secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg. “Ahora debemos fortalecer nuestro foco y nuestra presencia en Europa, en nuestra defensa colectiva”. La Organización trata de adaptarse a las amenazas modernas empleadas por Rusia. Tras la anexión rusa de la península de Crimea en 2014, los aliados constataron las ambiciones militares de Moscú en territorio europeo y comprobaron que la movilización de tropas, maquinaria pesada y artillería no es efectiva y está sujeta a la legislación y burocracia de los 29 países miembros.
“La capacidad de la OTAN para apoyar con refuerzos rápidos en el amplio territorio que cubre el área de SACEUR (Comando Aliado Supremo Europeo) se ha atrofiado desde el final de la Guerra Fría”, concluyó un informe secreto -NATO SECRET- elaborado en Bruselas, según revela la revista alemana 'Der Spiegel'. Un documento que subraya la disfuncionalidad de la Alianza desde 1991. Los países europeos carecen de “carros transportadores de tanques, trenes para maquinaria pesada o puentes que puedan aguantar el peso de 64 toneladas”, recordó Stoltenberg. En las últimas décadas, la infraestructura de Europa se ha construido con fines civiles y ha evolucionado a espaldas de los objetivos bélicos.
Despliegue de tropas: Ártico y Báltico
“Rusia está modernizando activamente sus fuerzas navales, con especial énfasis en los buques de investigación hidrográfica, submarinos y vehículos marinos no tripulados, creados fundamentalmente para las operaciones en el Ártico”, revela a El Confidencial el consultor de defensa turco Arda Mevutoglu. Así, el nuevo plan de la OTAN busca un mayor refuerzo naval, tanto en el Océano Atlántico -donde hay presencia de submarinos rusos que presentan una amenaza a las vías de comunicación-, así como en el Océano Ártico, uno de los objetivos militares de Rusia desde diciembre de 2014. Para ello, las tropas aliadas preparan un nuevo despliegue en 2018 en el Ártico y defender las fronteras marítimas de Noruega, Dinamarca, Canadá y Estados Unidos.
El encuentro de los ministros de Defensa en Bruselas persigue también agilizar el movimiento de tropas dentro del territorio europeo y fortificar la frontera Este que colinda con Rusia. Tras la Cumbre de Wales posterior al conflicto de Ucrania, la Alianza reforzó la presencia militar en los países bálticos -Lituania, Letonia y Estonia, antiguas repúblicas soviéticas-. “Hay informes de un aumento de la actividad electrónica rusa en el Báltico y en el Mar Negro, como GPS spoofing -manipulación de señal GPS-, jamming -interferencias-, y otras actividades de inteligencia electrónica”, apunta Mevutoglu. “Me temo que el riesgo de un conflicto armado en los países Bálticos o en la región del Mar Negro no es un asunto lejano”.
Una nueva dimensión: la ciberguerra
La amenaza rusa más presente en la actualidad se percibe en el frente cibernético. Para hacer frente a ellas, la OTAN ha determinado la creación del primer centro de ciberseguridad. “La Alianza siempre ha tenido capacidades convencionales significativas -tierra, mar y aire- ahora puede ser añadida la ciber”, mantuvo Franklin D. Kramer, miembro del Consejo Atlántico. Las habituales operaciones de Rusia, como el reciente 'hackeo' a los smartphones de las tropas aliadas desplegadas en Polonia, han puesto a la organización en alerta. Aunque insisten en que sus acciones son siempre defensivas, Stoltenberg recordó que “se han usado capacidades ciber en la lucha contra ISIS en Irak y en Siria”.
“Los aliados se han encontrado en una crisis sin las herramientas apropiadas para reaccionar”, manifiesta a este diario un excomandante del Ejército turco en la OTAN. “Lo que Rusia hizo en Ucrania, y está desarrollando en Siria (…), o más allá de geografías específicas, como en el ciberespacio, es una guerra híbrida”. “La Alianza no ha sabido detener este tipo de guerra”, sigue, “que toma diferentes formas según la geografía. (…) en Ucrania fue una anexión de territorio; en Estados Unidos, la interferencia en los resultados electorales”. ¿Se prepara la OTAN para un período de guerra? “No, pero la Alianza está intentado establecer nuevas capacidades y nuevas políticas para lidiar con las nuevas amenazas híbridas”.
Turquía, el aliado díscolo
En este clima de nueva Guerra Fría, Turquía, que cuenta con el segundo Ejército más extenso de la OTAN, vive un momento de 'rapprochement' con Rusia. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunció en septiembre la adquisición de sistemas antimisiles rusos S-400. Un contrato que desagradó a los líderes occidentales que incluso recordaron que los misiles antiaéreos no serían compatibles con la Alianza. “Nadie tiene el derecho de discutir los principios independientes de la República de Turquía o las decisiones independientes sobre su industria de defensa”, declaró Erdogan, que practica una política destinada a equilibrar los vínculos con aliados orientales y occidentales. “Turquía está redefiniendo su posición y su relación con la OTAN”, explica Mevutoglu.
En sus relaciones con las potencias europeas, la pasada semana el ministro de Defensa turco cerró un nuevo acuerdo con el consorcio armamentista italofrancés Eurosam para la adquisición de otros sistemas antimisiles que llegarán a Turquía en 2025. Es por ello que otro analista turco, Turan Oguz, defiende la compra de S-400 a Rusia como una transacción que simplemente satisface una demanda urgente. El envío ruso se materializaría en 2019 y los líderes turcos han insistido desde hace años en la necesidad de este tipo de armamento para la frontera con Siria e Irak. / Por Pilar Cebrian, publicado por El Confidencial.--
Polonia: Grupos paramilitares ganan fuerza ante el temor a Rusia. "Desde la anexión rusa de Crimea y la ‘guerra’ en el este de Ucrania, en la vecina Polonia hay cierta inquietud. Los polacos se sienten menos seguros. Diez mil hombres y mujeres se han unido a unidades de auto-defensa polacas. Los números van en aumento y Michal forma parte de esta tendencia creciente". Por Hans von der Brelie, publicado por Euronews (29/05/2017).
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