viernes, 11 de diciembre de 2009

Árbol caído

Árbol caído III
Esta mañana amaneció lloviendo, y lloviendo lindo. Empezó como a eso de las seis y alguíto, estaba empezando a desayunar. Me puse contento, como seguramente muchos. Mientras desayunaba veía la lluvia, la sentía golpear el vidrio cada ves que llegaban como oleadas unas ráfagas de viento del sur.

A eso de las 06:45 salí, con campera, paraguas, botas, todo equipado para hacer las pocas cuadras hasta la office. Me fui por una de las veredas y no por el paseo, para evitar el castigo del agua. Cuando llegué me lo encontré al ordenanza en la puerta, bien sonriente, contento con la lluvia y el fresco. El hombre vive en el campo de su familia, a unas decenas de kilómetros al sur de la ciudad, así es que la sequía también lo golpeo, como a todos los productores. De ahí la alegría de ver y sentir la lluvia...(sigue)